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España jugó muy bien y remató mejor

En esta correa sinfín que es el fútbol, la selección Sub-21 está alargando la temporada que muere mientras ya vuelven al trabajo algunos equipos para preparar la próxima y en este cierre nos está ofreciendo espectáculo y alegría. Una rotunda goleada, 5-1, sobre Ucrania nos planta en la final del Europeo (sábado, 18:00, La 1) ante una Inglaterra que ha llegado hasta ahí sin encajar ni un gol, ojo al dato, como decía el clásico. Pero esto asusta menos a la vista que la precisión de cirujano con que dispararon desde el borde del área los nuestros. Porque si España jugó bien, remató todavía mejor. Hizo un partido enorme, sin tacha posible en ningún aspecto.

España y Ucrania ya jugaron entre sí en la fase de grupos. Un partido extraño, porque les pilló a ambas clasificadas y sacaron a los suplentes. En aquel encuentro, cargado de fallos bufos, nos pareció mejor Ucrania, aunque a última hora pudiéramos empatar, salvando así el liderato del grupo. Pero ayer fue mejor España. Compacta, segura, esforzada e imaginativa. Frente a ella, Ucrania tenía un gran argumento, Mudryk, una verdadera estrella por la que el Chelsea pagó 100 millones. Un fenómeno, aunque con puntas y ribetes de ‘vedette’ consentida que alterna genialidades de profunda intención con protestas inútiles que le sacan del partido.

Un jugadón suyo sirvió para que Ucrania se adelantara en el marcador y nos preocupara, pero pronto llegó el empate en balón largo de Víctor Gómez para Abel, que venció con astucia a los centrales y al meta ucranianos. Poco después, el propio Abel, que no sólo es un ‘9′ de buen remate sino que sabe mover todo el ataque, le puso a Sancet un balón para que empezara el serial de tiros desde la frontal que nos llevaron a la goleada. Mudryk fue a menos, en parte porque Santi Denia cambió de lado a Rodri y Sergio Gómez para que éste contribuyera al marcaje, y la segunda mitad fue un plácido tobogán hacia la goleada. Gracias, chicos, y a por Inglaterra.