España ha vuelto
España ha vuelto. Ese era el verdadero desafío de la Selección femenina en el presente Eurobasket. Volver a ser la que era. Reencontrar el camino a las medallas y acceder al Preolímpico. El objetivo está cumplido, aunque eso no quiere decir que el trabajo se haya acabado. España jugará la final continental, lo que ya asegura al menos la plata, pero ya puestas, ¿por qué no colgarse el oro? La experiencia no es nueva para este equipo, que se ha coronado cuatro veces en la competición, tres de ellas en los últimos diez años. Hubo un tiempo, bastante cercano, que esta Selección contabilizaba sus participaciones por podios. Durante siete años consecutivos, desde 2013 a 2019, se subió siempre a algún escalón. Fueron tres oros y un bronce en Europa, una plata y un bronce en Mundiales, y una plata olímpica en los Juegos de Río 2016. La racha se cortó de golpe en el Eurobasket de Valencia 2021, con una séptima plaza que la dejó fuera del medallero y, para colmo, del siguiente Mundial. El problema no fue tanto perder, sino las malas sensaciones que luego se refrendaron en los Juegos de Tokio y que desembocaron en la destitución de Lucas Mondelo, uno de los artífices de esta etapa dorada. Las dudas arrastradas desde entonces pesaban en el equipo y debían ser despejadas en este Europeo, ahora con Miguel Méndez.
Ese era el reto. El retorno al camino. No ayudó mucho a recuperar la confianza la derrota inaugural ante Letonia, o quizá haya que verlo al revés, el resbalón ha espoleado al grupo. El caso es que España se ha clasificado para el Preolímpico, ha vuelto al medallero, todavía puede ser campeona… Y la pesadilla de los últimos cuatro años ha quedado atrás. Al frente tiran del carro las veteranas, Alba Torrens, Laura Gil y Cristina Ouviña, y otras más jóvenes, Maite Cazorla, María Conde y Raquel Carrera. Pero, sobre todo, ha vuelto el equipo. Eso que a la FEB le gusta llamar familia.