España entra en la Euro pisando fuerte
Estreno ideal. Los jugadores dicen que el primer partido de estas fases finales pesa mucho en sus cabezas hasta que llega, que se empieza a jugar desde el mismo día del sorteo y se convierte en un nudo en el estómago. Pues se hizo más visible en Croacia, que tardó en entrar en el partido más que España, imponente en su energía y concentración en el primer cuarto de hora, en el que ahogó a los de Modric en la salida. Una bonita fase en la que faltó el remate, pero quedó claro algo que se suponía en principio: nuestro equipo tenía mejor salud que esa Croacia que suponíamos y que está envejeciendo.
España tenía más juventud y además buenos extremos: Lamine Yamal y Nico. Abiertos, tensaron la defensa croata, dando lugar a pasillos por los que penetrar en cuanto el partido se abrió. Pasada esa primera fase, Croacia empezó a salir y Rodri cazó un balón en el centro del campo, entregó a Fabián y este lanzó a Morata, que encontró callejón libre, controló bien (el gol es hijo del control) y batió con serenidad a Livakovic por abajo. Un gol para España, un gol contra esos detractores que le hacen sufrir. Un latigazo de cobra al que pronto vino a unirse otro de Fabián, en un zigzagueo supremo en la frontal del área.
Y aún cayó otro antes del descanso, en centro de Lamine que Carvajal, en su año dulce, mandó a la red. Todo hecho en medio partido. Eso nos dejó un segundo tiempo menor, con sustos (el de Morata sustito, el de Rodri ya veremos), cambios y un fallo de Unai por confiarse con el pie redimido por su paradón en el consiguiente penalti. Todo junto deja, a la espera de lo que sea lo de Rodri, la impresión feliz de un equipo bien armado, con fórmulas para atacar defensas cerradas o abiertas, extremos temibles, modelo bien aprendido y moral para lo que venga. Lo inmediato será Italia, el próximo jueves, a las 21:00.