España celebra sus alternativas
Cambiaron los nombres, pero no las formas. La victoria de menor prestigio en el grupo puso de manifiesto que España es más que un once titular. La idea se respeta juegue quien juegue y el teórico equipo B correspondió, salvo algunas fases de desorientación producto de cierta distensión, con una faena acorde a lo que se le pedía. No solo venció, sino que lo hizo bajo los códigos de verticalidad, dinamismo y compromiso colectivo que están distinguiendo a la Selección en Alemania. La extensa rotación de De la Fuente obedeció a la lógica, desde todos los prismas, y le sirvió para ver que tiene muchos suplentes que en realidad no lo son. Raya, Navas, Grimaldo, Zubimendi, Olmo o Ferran cumplieron con creces.
España presionó con la disciplina y fuerza necesarias y ofreció la movilidad que le caracteriza. Esa constante permuta de posiciones de sus futbolistas le permite atacar el área y dispone de opciones distintas en zona de remate. Navas y Grimaldo tiraron de calidad para airear las bandas, Zubimendi distribuyó siempre con sentido, Olmo se exhibió entre líneas y Ferran rompió con sus desmarques. El jugador del Barcelona es mejor si toca menos balones, algo que queda acreditado bajo su idilio particular con la Selección. Además, Laporte también hizo más comprensible la confianza que De la Fuente le tiene al sacar a pasear su buen pie. Es el mejor central para construir el juego. Enfrente, Albania pecó de falta de fe. Lo suyo fue una resistencia en precario, expuesta al mazo español que no fue tal de no ser por Ferran. Apenas la entrada de Broja insufló el ánimo a los de Sylvinho y preocupó a España, pero ahí estaba Raya. Toca celebrar el pleno y el empuje de los meritorios. Son un activo importantísimo para De la Fuente.
Visión y buen pie
Laporte salta líneas con un pase magnífico a Olmo en el inicio de la jugada del gol. De siete pases en largo que intentó, acertó en cuatro ocasiones.