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Era este año o nunca

Ya era hora. Han pasado tantos años que ya se nos había olvidado lo que era ganar en el Camp Nou. Desde 1991. Tantos partidos perdidos, tantas decepciones, tantos correctivos, tantos intentos fallidos, tantas goleadas recibidas… que esta victoria sabe a gloria. Porque cuando algo se convierte en un imposible y parece que existe un maleficio… todo sabe mucho mejor cuando se consigue. Y este 1-2 se recordará para toda la vida en la Real Sociedad. Suele decirse que para ser eterno, tienes que lograr cosas que trasciendan. Y eso ha hecho este equipo txuri-urdin. Pasar a la historia. A partir de ahora serán la Real de 1979, la de 1986, la de 1991… y la del 2023. Son los equipos txuri-urdin que han logrado la proeza de ganar en el Camp Nou en sus 84 visitas.

Probablemente, muchos de vosotros estaréis alucinando con la relevancia que le doy a este triunfo. Pero es que para un club como la Real la tiene, hasta el punto de que Imanol Alguacil se puede sentar al lado de su idolatrado Alberto Ormaetxea, el histórico Javier Expósito y el incorregible Jonh Benjamín Toshack como los entrenadores que lograron llevará al cuadro donostiarra a ganar en el Camp Nou. No es poca cosa. Y es una pestaña más en la larga lista de méritos que tiene ya en su carta de visita el entrenador oriotarra. Es una victoria que le acerca, un poco más, a la categoría de leyenda. Lo mismo que Mikel Merino y Alexander Sorloth, los goleadores realistas en este 1-2 histórico. Sus nombres figuran ya junto a los de Zamora, Gajate, Satrustegi, Aldridge y Atkinson, los jugadores de la Real capaces de marcar en noches como la de hoy, en las que la felicidad es indescriptible, porque hemos vuelto a ganar al Barcelona en su casa. Tremendo. ¡Qué emoción! Para toda la vida.

Y es que llega en el mejor momento. No podía acabar esta historia de otra forma. Había que ganar sí o sí. Aunque sea fácil más decirlo que hacerlo. Mucho más fácil. Sin duda. Porque se daban todas las circunstancias para que se repitiera la historia. Pasillo al Barça… y victoria de la Real. Había que aprovechar que los culés estaban de fiesta, que podíamos pillarles un poco despistados, y demostrar sobre el terreno de juego que quien se jugaba la vida era la Real. Una vida de Champions League. Lo dejaron bien claro con el 0-1 en el minuto 6 y con una primera parte en la que merecieron hacer más goles. Buena declaración de intenciones. Fenomenal puesta en escena. Y gran aviso a navegantes, a sus perseguidores, al temible Villarreal, que metía una presión tremenda con su victoria en Girona. Pero se vuelve a encontrar con una respuesta de equipo grande de la Real, ganando en todo un Camp Nou, para dejarle claro que el cuarto puesto tiene dueño. Por muchos motivos, entenderéis, que para volver a ganar en Barcelona era este año o nunca.

Y con Martin Zubimendi vestido con sus colores, los únicos que quiere y los que vestirá el próximo año, por mucho que insistan desde Barcelona. El donostiarra quiere seguir con nosotros y a día de hoy no hay nada que nos lleve a pensar que en verano el panorama vaya a cambiar. Así que, por favor, dejad en paz al chaval, que empieza a estar ya cansado de tantas palabras vacías de contenido sobre su futuro. Tiene contrato… y una cláusula de 60 millones. !Ah! Y un sueño, jugar la Champions la próxima temporada con el equipo de su vida. No hay más preguntas, señoría. Disfrutad de vuestra liga, dejadnos disfrutar a nosotros de nuestros logros.