En 2024 Rodrygo sí estará en la lista de 30
No soy el único al que le ha chocado lo suyo la ausencia de Rodrygo en la lista de 30 candidatos a la próxima edición del Balón de Oro. Tampoco está Courtois, aunque eso no es noticia porque no es la primera vez que ningunean al belga, indiscutible mejor portero del mundo. En el caso de Rodrygo chirría terriblemente que haya gente como Odegaard, Saka o el coreano Kim Min-Jae antes que el paulista. Rodrygo se ha consolidado este año como un delantero moderno, polifacético y dotado de un instinto refinado ante el gol. Un delantero perfecto para el fútbol evolutivo actual.
Parece que a los sesudos votantes del Balón de Oro les cuesta asumir el crecimiento de los meninos que fichó el Madrid en su día y que ahora son estrellas consagradas. El propio Vini no estaba este verano entre los 11 candidatos del Premio UEFA del año, donde sí andaban Brozovic o Rice. Surrealista. Rodrygo no es ruidoso, no es mediático, es educado en sus declaraciones públicas y no fabrica campañas artificiales de marketing para mejorar sus acciones en la Bolsa Mundial del Fútbol.
Pero este año pondrá contra las cuerdas a los presuntos entendidos de la materia que organizan estos premios y tendrán que meterle en esa lista de 30, que se le acabará quedando chica. Rodrygo es ambicioso y tiene en su cabeza dar el salto definitivo en este curso que ha arrancado al son del Hey, Jude. Rodry es mucho Rodry.