Seguramente ha sido lo mejor que le ha pasado al Atlético de Madrid en toda la temporada. Ellas. Campeonas de la Copa de la Reina.
Una vez que ellos perdieron el tren de Europa, y casi tiraron la Liga por la ventana antes del Mundial, quedaban pocos objetivos reseñables: quedar entre los cuatro primeros, a poder ser terceros (objetivo cumplido), intentar quedar por delante del Real Madrid (objetivo por cumplir) y, ya casi al final, a ver qué hacían ellas.
Pues ellas nos han dado el alegrón de la temporada porque ese título sabe a gloria bendita, y ya se saben los motivos. En Leganés, en Madrid, con chaparrón y épica. Como nos gusta a nosotros, desde siempre. Devolviendo parte de la maldición atlética del último minuto con un gol bellísimo en una falta de insuperable ejecución. A ver qué dicen algunos listos machitos de ese lanzamiento. Y la portera madridista estuvo fantástica, solo que el balón iba demasiado bien colocado.
Y a jugar la prórroga, pero como decía Simeone a los jugadores antes del tiempo añadido en aquel partido histórico de final de Copa en el Bernabéu, siendo conscientes de que estaban mejor que las de blanco en ese preciso momento.
La tanda de penaltis fue extrañamente cómoda para un Atleti acostumbrado a todo lo contrario. Pero no eran ellos, eran ellas. Empezaron marcando, qué importante es empezar la tanda tirando primero, y marcando, por supuesto. A veces digo cosas de perogrullo, pero qué le voy a hacer, si yo….
Estaría bien que Simeone las invitara a una sesión de ensayos de penaltis en algún entrenamiento. Incluso puede que haya pasado y no me haya enterado. Por si no ha llegado a pasar, Cholo, enróllate e invítalas a algún ensayito, a algún entrenamiento, que se lo han ganado y nos han dado la alegría del año.
Y a ver si entre este estímulo que nos ha regalado el equipo femenino y algunos mimos más en cuanto a fichajes y presupuesto volvemos a ser lo que fuimos hace no mucho.
Este es el primer paso, y lo han dado ellas.