El Zaragoza se muere partido a partido
El equipo de Gabi, al que no se le advierten ya soluciones, se hunde en el fondo de la tabla, con seis puntos en nueve jornadas. En el fútbol no se puede competir sin juego.


Al Real Zaragoza se le escapa la vida partido a partido. También perdió en Almería frente a un adversario de otra estatura futbolística y es colista con sólo seis puntos en nueve jornadas, una ejecutoria terrorífica, un promedio de descenso a Primera Federación para antes de primavera, una ruina absoluta. El equipo tuvo una reacción de vergüenza torera cuando estaba todo perdido y fue capaz de reabrir el partido y de meter dos goles, pero la clasificación retrata mejor que nada un escenario pavoroso cuando ya han transcurrido nueve jornadas. Salvo que se precipiten los acontecimientos en las próximas horas, Gabi, al que no se le advierten ya soluciones, se jugará el puesto frente a la Leonesa en el Ibercaja Estadio, en un encuentro que es una finalísima para el Zaragoza en octubre. Nunca ha estado el club en su historia en una situación tan crítica.
Saidu, por un proceso vírico con fiebre, se cayó del once del Zaragoza a última hora, lo que dejó a la medular sin energía ni quite y propició la segunda titularidad de Toni Moya en este campeonato, una titularidad marca de la casa, es decir, intrascendente, mientras Keidi Bare, en tarde de flojera y naufragio, fue el ‘reemplazante’ del sancionado Akouokou.
Prácticamente toda la primera parte fue un ejercicio de resistencia y supervivencia del Real Zaragoza, inferior en todos los órdenes del juego y al que le sostuvo en el partido Andrada, con un par de intervenciones providenciales a disparos de Embarba y de Arribas. El Almería, un rival con otro vuelo técnico, asfixió al equipo aragonés con su presión, dominó con insistencia y percutió hasta nueve veces contra la portería del Zaragoza, que sólo inquietó a su rival con un derechazo ajustado al poste desde fuera del área de Sebas Moyano pasada la media hora. Nada más.
Gabi sustituyó en el descanso a Dani Gómez por Kenan Kodro, en un propósito por revitalizar su ataque, pero el Zaragoza se dio enseguida de bruces contra la realidad de su inferioridad y, en dos minutos fatídicos, el Almería resolvió el encuentro en dos acciones de Chirino, que en una jugada personal puso en evidencia a Tasende, Keidi Bare y Tachi y sorprendió después a Andrada, y de Embarba, éste al aprovechar una cesión criminal de Keidi Bare, en su peor actuación con la camiseta del equipo aragonés.
Con todo perdido, el Zaragoza se estiró con más corazón que fútbol y primero Kenan Kodro y después Tachi pudieron acortar distancias antes de que salieran al campo Soberón y Pau Sans en un intento final desesperado, y de que el propio Kodro acortara distancias a doce minutos del final y reabriera un duelo que parecía resuelto. Embarba, una pesadilla, pudo cerrar de nuevo el partido con un cañonazo que se estrelló el larguero y, que dio paso a un pasaje de vértigo con tres goles y un 4-2 final que deja al Zaragoza hundido en la tabla y en una situación dramática.
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La enseñanza es clara. En el fútbol no se puede competir sin juego.
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