El VAR entró a saco contra el Almería
Tres puntos para el Madrid, pero con el coste de un tremendo daño reputacional. Demasiado antimadridista hay convencido de que el mejor combustible del Madrid es desde la noche de los tiempos la benevolencia arbitral, como para proporcionales tamaño regalo. En la segunda parte, con el Almería ganando 0-2, se produjeron tres jugadas de valor gol en todas las cuales el árbitro de VAR llamó al de campo para hacerle rectificar el criterio. Y en los tres casos a favor del Madrid. Las llamadas le costaron al Almería un penalti en contra (1-2), la anulación de su 1-3 y la validación del 2-2. El 3-2 cayó en el largo descuento.
¿Fueron correctas las rectificaciones? Para mí dos no y la tercera sí, pero los criterios están divididos, como se puede comprobar. En el Carrusel de la SER las opiniones estuvieron divididas, casi por mitad y mitad, en los tres casos, lo que de ninguna manera se compadece con el principio de ‘error claro y manifiesto’, condición para que intervenga el VAR. A su frente estaba Hernández Hernández, uno de los más maltratados por RMTV, así que no pude por menos que pensar que le han ablandado. Si no, no hubiera metido en tanto lío a su colega Hernández Maeso, que incurrió en el error frecuente de aceptar el criterio del colega emboscado.
Pocas veces acabo un partido con sensación de disgusto, y eso me ocurrió esta vez. Me lastimó que el noble esfuerzo del desahuciado Almería se quedara sin premio, me abochornó la obscena celebración del Madrid por su gol en el descuento ante el colista tras todo lo que había pasado, me sentí solidario con Garitano, un hombre despojado, como todo su equipo y toda su afición, de una alegría merecida. Pero, en fin, una coalición entre VAR, reglamento de Nuevo Testamento y árbitro de sala VOR amilanado produjeron este efecto. El Madrid ganó el partido, pero su legión de enemigos ha recibido alimento para un par de lustros.
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