Ediciones
Resultados
Síguenos en
Hola

El Tour otorga la grandeza

Hay una tendencia reciente a entronizar a ciclistas sin experiencia en el Tour. No hagan caso. El Tour es el Tour, la madre de todas las carreras. Los mejores del pelotón, en su mejor forma, en fiera lucha sobre un escenario histórico. Si no has corrido el Tour, si no te has consagrado en el Tourmalet, o en el Galibier, o en el Mont Ventoux, no eres el mejor. Modas al margen. El momento más relevante del pasado curso fue cuando Jonas Vingegaard, el aspirante, tumbó al bicampeón, Tadej Pogacar. Luego hubo otros lances grandiosos durante el año, pero no fueron en el Tour. Importa, y mucho, el lugar donde se consiguen las gestas. Y también contra qué rivales se logran. Vingegaard se coronó en París, donde se coronan los reyes, tras batir al número uno, Pogacar. Por mi parte, no hay más debate. Desde que sonó el himno danés, la afición sueña con esa revancha. Quizá aderezada con la presencia de Remco Evenepoel, que antes o después tendrá que doctorarse en Francia, igual que un torero confirma la alternativa en Las Ventas. O quizá aliñada con el retorno de Egan Bernal.

El mapa de esa revancha se presentó este jueves en París, con mucha montaña, muchísima, repartida a lo largo de todo el recorrido, y a través de cinco cordilleras. No sólo existen los Pirineos, con mitos como el Aspin y el Tourmalet, y los Alpes, con el Joux Plane o el colosal Loze. También el Jura, con la Grand Colombier; los Vosgos, situados el penúltimo día, y el Macizo Central, que crece con la sublime presencia del Puy de Dôme, el volcán que regresa 35 años después, con legendarias imágenes que evocan a Coppi, a Bahamontes, a Julio Jiménez, a Anquetil y Poulidor hombro con hombro, a Ocaña, al puñetazo a Merckx, a Zoetemelk, a Van Impe, a Arroyo y Perico… A grandes nombres de la historia encumbrados en el Tour y en sus cimas eternas. Por eso son grandes.