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El titubeante criterio de Ducati

El Mundial de MotoGP pende de un suspiro. Sólo dos puntos separan a Fabio Quartararo y Pecco Bagnaia después del GP de Tailandia a falta de tres carreras. Y que conste que no es el título más igualado de la familia motociclista: Augusto Fernández aventaja en 1,5 a Ai Ogura en Moto2. Otro suspiro. Los alirones están en un pañuelo y todo apunta a que no se producirán hasta el 6 de noviembre en Cheste. En la categoría reina, Quartararo ha perdido su ventaja, con dos ceros en los últimos tres grandes premios, y ahora sufre el acoso de las Ducati, que todavía mantiene a cuatro pilotos con opciones matemáticas de coronarse campeones, aunque la apuesta más realista sigue siendo la de Bagnaia. Con estas apreturas, las órdenes de equipo, o más bien de marca, que pueda haber en la casa de Borgo Panigale, pueden ser decisivas en la resolución del campeonato. Con ocho motos en su área de influencia, un tercio de la parrilla, las estrategias de los italianos podrían ser múltiples. Pero de momento no están muy claras cuáles son las directrices, si es que verdaderamente existen.

En Tailandia vimos dos ejemplos contradictorios. Johann Zarco venía lanzado hacia el podio, pero se frenó detrás de Bagnaia para no restarle puntos, para decepción de la afición francesa, que hubiera preferido que su compatriota favoreciera a Quartararo. Obviamente, el Mundial no se disputa por países. Sin embargo, por delante de Pecco entró Jack Miller, que si hubiera cedido su plaza, ahora su compañero sería el líder. No lo hizo. Una buena excusa es que, a 50 puntos de la cabeza, con 75 en juego, aún maneja opciones. Es la misma situación que se vivió antes con Enea Bastianini, que está a una distancia parecida, a 49. Bagnaia tiene el título a tiro, incluso sin la ayuda de sus colegas. Pero con estas estrecheces, igual en Ducati acaban acordándose de su titubeante criterio.