El Sevilla, un claro aspirante a todo
El Sevilla lleva varias temporadas instalado en una dinámica que lo ha convertido en un aspirante absolutamente a todo. Pero todo es todo. Porque si hace un año se le consideraba la alternativa a los grandes en la pelea por el título, ahora no se le puede considerar otra cosa que un candidato a ni siquiera quedar por delante del Copenhague en la Champions y, por supuesto, a pegar un segundazo histórico en una Liga en la que está igual o peor que en Europa. El equipo ambicioso ahora es un pobrecito al que todo lo que le puede salir mal, le sale peor. Y la fortuna tiene que ver, pero también el nivel de la plantilla, que sólo admite calificativos dolorosos.
Y si Lopetegui es el único culpable de lo que sucede y la colonización de las mentes que Jorge Sampaoli realizará en el segundo advenimiento del amateurismo, pues gloria bendita. Pero ni mucho menos es así. Es imposible encontrar una explicación lógica a lo sucedido con la planificación de la temporada durante el verano. Sirva como dato que Lopetegui se marchará sin poder hacer debutar al central Marcao, el primer fichaje que se hizo en verano y del que pocos saben si le pega al balón con la pierna derecha o con la izquierda.