El rock and roll lo activó Vinicius
Noche interesante y feliz en el Bernabéu, con el Espanyol como buena piedra de toque para un Madrid que necesitaba mejorar y parece que empieza a hacerlo. Ancelotti salió con dos novedades llamativas: Tchouameni de central y Güler en la banda derecha, con Rodrygo a la izquierda mientras Vinicius se quedaba fuera. Suplencia llamativa, sobre todo cuando se anunciaba ‘rock and roll’, pero existe por fin en el fútbol una sensación muy extendida de abuso de partidos y nadie va a estar ya libre de descansos. Así que Vinicius se quedó fuera hasta que la cosa fue mal y tuvo que salir con su ritmo por bandera.
Acababa de encajar el Madrid el 0-1. Después de un buen inicio, con Modric al mando, robando arriba, Güler luciendo por su lado y Mbappé llegando al remate, el juego del campeón fue decayendo poco a poco. Quizá contribuyera algo a ello el susto por Bellingham, que volvió a dañarse en el hombro, aunque pudo seguir. Entre eso y que Joan García paró bien, se llegó al descanso sin goles. Y de él regresó el Espanyol con otra cara, desplegándose por todo el campo. Mientras se reponía de la sorpresa, el Madrid concedió dos ocasiones y un tanto, en cabalgada de Jofre cuyo centro acabó en autogol de Courtois.
De inmediato compareció Vinicius. No participó en el empate, que llegó rápido gracias a que Bellingham robó el balón en una mala salida espanyolista del área, pero sí dio el 2-1 a Rodrygo con un sensacional pase de exterior y marcó cruzando con seguridad tras un gran envío de Mbappé. Por un rato vimos por fin a los tres mirarse con naturalidad y combinar. Fue una fase prometedora. Mbappé se iba a marchar sin gol, pero cuando salió Endrick provocó un penalti remolcando a Romero hasta el área y así el francés no se fue de vacío. No lo merecía. Respecto a Endrick, de nuevo fue un trueno en sus pocos minutos.