El Rey arroja su corona
Adiós dramático. Duele perder así. Que te pasen por encima. Literalmente. Y gracias a San Tibu Courtois. Sin el gigante belga el vigente campeón se habría despedido de su corona con un siete en su espalda. Este no era el plan. Caer era una posibilidad asumible ante la entidad del City de Guardiola, que lleva 1.300 millones de euros gastados en fichajes desde que aterrizó en el Etihad el de Santpedor para conseguir por fin su primera Champions. Lo que no estaba previsto ni en el peor de los presagios es caer de mala manera, vapuleado por el aspirante a la corona que el Madrid ha defendido con orgullo hasta esta noche de infausto recuerdo. Fue una mala noche de todos. De los jugadores, desbordados e impotentes desde el primer minuto, y de Ancelotti, que no dio con la tecla en ningún momento para frenar la hemorragia. Quedar eliminado era una opción asumible. Salir goleado y verse sometido a un baño inapelable no era una opción verosímil a priori. Toca sentarse en el diván de pensar y resetear la situación para buscar soluciones. Este adiós con cuatro bofetadas al mentón ha hecho bastante daño.
Efeméride. Lo sucedido anoche en el Etihad nos traslada, por contraste bruto y terrible, a la gesta histórica protagonizada por el Real Madrid en las Islas Británicas. Hoy jueves, 18 de mayo, se cumplen 63 años de la mejor final de la Copa de Europa de todos los tiempos. En Hampden Park, ante una asistencia récord de 137.000 aficionados, el Madrid goleó al Eintracht alemán con un resultado más propio de un tie break tenístico: 7-3. Cuatro goles de Puskas y tres de Di Stéfano certificaron un triunfo para los libros de Historia. Un cronista del The Times tuvo la ingeniosa idea de comparar a ese Madrid de las cinco Copas de Europa consecutivas con los Vikingos, que en su momento arrasaron a todos a su paso por el Viejo Continente. Y con ese apodo se ha quedado hasta hoy, pero con una derrota tan dura que provoca un triste contraste con aquella maravilla de hace 63 años. Otros tiempos...
Don Carlo. Ancelotti, maestro entre maestros, se convirtió anoche en el entrenador de la historia de la Champions con más partidos desde el banquillo (191), superando al mítico Alex Ferguson. Echarle por esta derrota sería lo fácil, pero un error estratégico. Con Carlo se han ganado seis títulos en 16 meses. Ahora te viene un Nagelsmann de turno y lo mismo se pega un batacazo histórico. Carletto debe seguir. Estará en el Madrid hasta 2024 (lo afirmó Florentino Pérez en La Cartuja tras conquistar la 20ª Copa del Rey). El técnico de Reggiolo tiene serias posibilidades de alcanzar los 200 la próxima temporada. Le bastaría a su equipo con llegar a los cuartos de final. ¿Alguien lo duda?
Toca fichar. Lo que debe hacer el club es romper la hucha y acudir con firmeza al mercado. Toca fichar. La gran gestión económica de los últimos años permite tirar de los ahorros que el Madrid tiene y que deben ser utilizados en fichar cuatro o cinco jugadores que acompañen una transición dulce hacia el equipazo que en 2024 debe culminar con la llegada de Haaland o Mbappé, o los dos si se puede. Me da más rabia y más pena por esa afición estupenda que en casi 2.000 fieles viajó hasta Mánchester con toda la ilusión del mundo soñando con otra final que ya es una quimera. Estambul no escuchará el himno de la Décima. No me escondo. Me he vuelto nerazzurro. Forza Inter.