Opinión

El Parlamento británico remata la Superliga

Florentino aprovechó para blasonar de que “los niños de todo el mundo han podido ver gratis al Real Madrid”.

FIFA President Gianni Infantino and Real Madrid President Florentino Perez greet fans ahead of the FIFA Club World Cup 2025 round of 16 football match between Spain's Reald Madrid and Italy's Juventus at the Hard Rock Stadium in Miami on July 1, 2025. (Photo by PATRICIA DE MELO MOREIRA / AFP)
PATRICIA DE MELO MOREIRA
Alfredo Relaño
Actualizado a

El Parlamento Británico acordó el 9 de julio pasado, por 415 votos contra 98, una serie de medidas para proteger el fútbol en sus vertientes industrial y cultural. La norma, que ya ha recibido la sanción real, impone la creación de un Independent Football Regulator, fletado para frenar la carrera desbocada de gastos y crear nuevos estándares que mejoren la participación de los aficionados en la toma de decisiones. Igualmente, se reserva la prohibición a los clubes británicos de unirse a “competiciones cerradas y ligas independientes”, alusión directa al proyecto de la Superliga, que finge optimismo tras el Mundial de Clubes.

Esta competición sirvió para que Infantino pisara el jardín de Ceferin, pues alistó a doce ‘equipos Champions’, y eso resucitó en algunos la idea de que una Superliga por fuera de la UEFA podría estar más cerca. El último tiro iba por agregar clubes árabes, lo que facilitaría la financiación. Recordemos que este Mundial de Clubes se pudo ver gratis porque Arabia Saudí puso mil millones de dólares a cambio de que Infantino les diera el Mundial 2034, que me temo que volveremos a vivir en meses incómodos, como el de Qatar. Florentino aprovechó para blasonar de que “los niños de todo el mundo han podido ver gratis al Madrid”.

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Pero esta decisión del Parlamento Británico desactiva en la práctica cualquier proyecto en ese sentido. Sin los ingleses, de los que hubo dos, uno de ellos el campeón, en el Mundial de Clubes, no se puede hacer nada serio por mucha dote que aporten los pretendidos participantes árabes. El Mundial de Clubes puede resultar una buena idea con algún retoque, incluso ser bienal. Encapsulado en el verano, no daña la estructura actual de campeonatos nacionales, cosa que sí amenazaba la pretenciosa Superliga, pero todas las fantasías que en torno a ella se seguían haciendo se esfuman ahora con este formal veto británico.

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