El Mundial de fútbol, instrucciones de uso
Dijo Pier Paolo Pasolini, poco antes de morir asesinado hace ahora 50 años: “El fútbol es la última representación sagrada de nuestra época...

Dijo Pier Paolo Pasolini, poco antes de morir asesinado hace ahora 50 años: “El fútbol es la última representación sagrada de nuestra época. También es evasión, pero en el fondo es un rito”. Me pilló el sorteo del Mundial desprevenido y bastante desarmado, sin ganas de mucha fiesta, con el bochorno todavía rusiente en los mofletes de mi equipo, que había perdido con estrépito la noche antes ante un rival tres divisiones inferior en la Copa del Rey. Pasé del bajonazo del Estadio Balear (honor al Atlético Baleares de 2ª RFEF que mereció su 1-0 al Espanyol) al choque con esa apoteosis del metacrilato que montaron entre Infantino y Trump sin anestesia, y todo me pareció completamente irreal. ¿Obligaron al entrenador campeón del mundo, Scaloni, a ponerse guantes para llevar la Copa de la FIFA o fue una pesadilla?
Hice mío el cabreo de Pasolini si hubiese visto su teoría pisoteada. Hasta que el juego vuelva a cubrirlo todo con su manto de goles, necesitaríamos un intelectual de primer orden que amase el fútbol tanto como el poeta y cineasta italiano para lanzar invectivas contra esta ceremonia inenarrable que convirtió mis recuerdos del sorteo del Mundial de España en 1982 en refrescos de nostalgia y cafeína. Haya paz: si de aquel evento que parecía el Festival de la OTI, con el querubín príncipe Felipe tan serio, rodeado de prebostes, con aquel panel con los grupos que era como un escaparate del Un, dos, tres, ha salido un futbolero feliz, no hay peligro.
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Pese al empacho de peloteo al presidente de EE UU y al bodrio de varietés sin fuste, el puro discurrir de bolas y países me acabó transportando a un lugar mucho mejor en el que ya no existen los parones de selecciones ni las diatribas contra un Mundial de 48 en el que se clasifica hasta una colonia neerlandesa del Caribe. Un universo en el que siempre juegan Escocia y Brasil, en el que Messi y Cristiano pueden cruzarse en cuartos de final, y en que España vuelve a México para llegar a semis. En aquel sorteo de mi niñez al menos tuvieron el detallazo de usar los bombos de la Lotería Nacional y de invitar a los niños de San Ildefonso (con el buen gusto de no dejarles cantar). Si tras el sorteo hortera del Mundial 2026 mantenemos esta ilusión, es que ya no hay quien acabe con el fútbol.
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