El metrónomo de Tolosa arranca con fuerza
En las caras de los 22 futbolistas del primer equipo que ayer se ejercitaron en Valdebebas se nota por un lado la ilusión de emprender la campaña de la redención.
Xabi Alonso, Día 1. Arranca, aunque sea después del interesante aperitivo del pasado Mundial de Clubes, el proyecto del tolosarra en el que el club y los aficionados tienen depositadas serias y justificadas esperanzas. Xabi garantiza hambre, ambición profesional, juventud y un afán didáctico por demostrar que su método de laboratorio puede ser tan válido en un club en el que tenía poco que perder (Leverkusen) como en uno de una magnitud tan colosal como es la de su Real Madrid. Xabi sabe que le van a examinar con lupa como ya le sucedió a sus últimos predecesores españoles en el electrificado banquillo del Bernabéu: Rafa Benítez y Lopetegui. Pero la estadística no le asusta a un metrónomo que ya como futbolista actuaba con un cerebro privilegiado al servicio del juego colectivo del equipo.
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En las caras de los 22 futbolistas del primer equipo que ayer se ejercitaron en Valdebebas se nota por un lado la ilusión de emprender la campaña de la redención tras un curso plomizo (saldado sólo con la Supercopa de Europa y la Intercontinental) y por otro la responsabilidad de estar a la altura de las exigencias que les va a imponer desde el primer día su nuevo ‘jefe’ de la oficina. El Madrid tiene un plantillón, aunque la falta de un Kroos o un Modric se pueda acusar, y los jugadores deben adquirir un compromiso colectivo que permita ir a por la Liga y la Champions, los dos grandes objetivos.
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