El maillot amarillo en la Castellana

No está el Barça para dosificar esfuerzos. Hay demasiada hambre acumulada, demasiada ansia de triunfo. En seis días, tres etapas reina. La primera, ante el Sevilla, se ha coronado a mitad de recorrido, con Lewandowski ejerciendo de Laguía y luciendo el maillot a lunares de Rey de la Montaña. Doce goles en este inicio liguero. Con 3-0 al descanso sí se puede reservar fuerzas. El miércoles en Múnich segundo etapón ante el Bayern. Esta singular Copa de Europa permite sestear entre cumbres, que da lo mismo quedar noveno que vigésimo cuarto. Las opciones de entrar en la siguiente ronda son casi las mismas. Cada jornada que pasa añoro más el viejo formato. Pero de eso ya nos ocuparemos entre semana.

Lo que no permite etapas bidón es LaLiga, y menos en la previa del Clásico. Tras resolver ante el Sevilla con eficacia y rutina bancaria, como quien despacha un talón al portador en ventanilla, el Barça se presentará en el Bernabéu líder y sabedor de que saldrá al menos colíder en el peor de los casos. En el mejor, podrá poner de por medio dos etapas de media montaña de ventaja y llanear hasta el final de la primera vuelta. El equipo está muy engrasado y cada uno conoce su lugar en el pelotón. Marcando el ritmo seguirá el Jinete Polaco, dispuesto a vestir de amarillo en el Paseo de la Castellana.

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