El Madrid y el Athletic
No creo que sea feo llamarles con el nombre de la ciudad a la que pertenecen...

Yo soy mayorcito. Es más, cuando era muy pequeño fui, aunque una sola vez, al antiguo Metropolitano con mi papá de la mano, como dice la canción que Sabina y yo hicimos al Atlético de Madrid. En aquella época metropolitana y en años posteriores decíamos el Gijón, y no el Sporting; el Santander, y no el Racing; el Coruña, y no el Deportivo; el Bilbao, y no el Athletic. No creo que nadie se molestara porque nunca jamás se dijo con ánimo de molestar eso del Coruña, o del Santander. Es más, para mí es como una distinción nombrar a la ciudad de donde vienen. Os lo dice uno del Atleti, al que le encanta que a su equipo se le llame Atleti, pero también le encantaría que se nombrara a su ciudad sin tener que decir nombre y apellido: Atlético de Madrid.
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Pero bueno, yo amo Bilbao, y al Athletic, y al Bilbao. Y al Atleti y al Atlético de Madrid, y lo importante no creo que esté en el nombre o en el apellido. Muchos entrenadores que ya tienen una edad o que, incluso, ya no están, llaman o llamaban así a los equipos: el Coruña, el Gijón. Y muchos exjugadores también. Todos los honores para esos nombres, porque hay más Racings (el de Avellaneda) y más Sportings (el de Lisboa) por ahí, pero para mí hay un solo Gijón. En cualquier caso, como puede que haya algún motivo que desconozca, siempre daré la razón a los que se quejan, y estoy dispuesto a llamarles como ellos quieren. Soy muy adaptable. Siempre les llamo Sporting, Racing, Depor y Athletic, y tienen todo el derecho a pedirlo, pero no creo que sea feo llamarles con el nombre de la ciudad a la que pertenecen porque venimos de ahí.
Dicho esto, estuvo bien el Atlético de Madrid contra el Real Madrid el domingo. Los altitos sacaron un punto a los bajitos. Cuidado con lo que se dice y cómo se dice, no sea que… En este país están pasando cosas extrañas, y algunas de ellas tienen que ver con el lenguaje. Mi admirado Alex Grijelmo, amigo y madridista, sabe de lo que hablo. El otro día firmamos por WhatsApp un empate, y reafirmamos nuestra amistad. Suerte, maestro.






