El Madrid sigue en modo NBA

El Real Madrid encadena nueve victorias en partidos oficiales, pleno en lo que va de temporada, que suben a diez si sumamos el duelo frente a los Dallas Mavericks, un amistoso que otorga prestigio por la naturaleza del rival, si bien hay que valorarlo con los pies en el suelo, porque los texanos jugaron sin sus estrellas en pretemporada, mientras que los madrileños salieron con todo ya rodados en competición. Hechos los matices, se puede apuntar, literariamente, que el Madrid continúa en modo de NBA, con tres marcadores consecutivos por encima de los cien puntos. Y, con mayor realismo, que sigue en modo Euroliga, que es su área de dominio, allá donde defiende el título con la etiqueta de favorito. La conquista europea estuvo teñida de heroísmos y milagros el pasado curso, pero en el presente ya no va a sorprender a nadie, porque ha arrancado en los pronósticos especializados como máximo candidato. De momento lleva dos de dos, ambos fuera de casa, y esta semana recibe a Zalgiris y Milán en la primera doble jornada.

La diferencia de este Madrid con aquel es que ha reincorporado a Campazzo en el puesto más delicado. Y la coincidencia es que ha mantenido prácticamente el resto del bloque, un engranaje perfecto que funciona incluso cuando falta alguna pieza principal. Lo vimos con la ausencia en tres partidos de Tavares, sustituido solventemente por Poirier y por un muchacho de 16 años, Ismaila Diagne. Todo encaja en la pizarra de Chus Mateo. Esos nueve triunfos, o diez, incluyen rivales de prestigio como el Barça, batido dos veces; el Baskonia, que la pasada campaña dominó al Madrid en sus cuatro duelos, y el Efes, en su infierno turco. Y hasta una corona oficial: la Supercopa. Lógicamente, los blancos perderán partidos. Y la temporada surcará diferentes estados hasta la primavera, cuando se litiguen los grandes títulos. Pero el arranque es portentoso.

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