NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

El Madrid compite así

Actualizado a

Del milagro del regresado Courtois al golazo de Brahim transcurrieron unos segundos que condensan la explicación de por qué el Madrid es campeón de Liga. No solo ha jugado bien muchas veces, sino que siempre ha sido capaz de competir a la perfección y sostenerse en momentos críticos. Contra el Cádiz no fue menos pese a que el trance tampoco le exigió en exceso. A una primera parte anodina, donde al Madrid le sobró el balón y le faltaron piernas y movilidad, le siguió un segundo tiempo donde mordió tras pérdida y se manejó con mayor profundidad para acabar de vencer a Ledesma. Tuvo que esperar a la reanudación porque antes se chocó contra el muro amarillo. Pellegrino situó a su equipo en un bloque bajo que hasta se protegía con línea de cinco cuando Sobrino se incrustaba atrás en función de la posición de Carvajal. El Madrid no conectó, aunque Modric tirase de criterio en el medio. Güler y Brahim asomaron a cuentagotas y solo hubo alguna aparición esporádica de Fran García. Un fútbol gripado que necesitaba un arreón.

Entre Courtois y Brahim rehabilitaron a un Madrid que se demoró poco tras el descanso. Jugó con otro deseo, con el título de telón de fondo, y ofreció mayores argumentos. Se vieron rupturas y permutas posicionales que delinearon un dominio concretado finalmente con los goles. La puntilla para un Cádiz que ve apagarse sus opciones de permanencia. Seguramente, nunca ha creído realmente en sus posibilidades. Todo lo contrario que un Madrid al que a fe no le gana nadie, inmune a todo tipo de contratiempo y que nunca ha escondido su máxima eficacia. Es campeón por derecho propio en una Liga que enaltece a todos. El primero, cómo no, a Ancelotti.

Brahim, entre líneas

Ampliar

El golazo del malagueño vino precedido por una recepción en el único lugar por el que podía avanzar la jugada. Buen posicionamiento para ofrecerse a Modric. Después llegó el giro y el extraordinario disparo.

Normas