OPINIÓN

El Kroos de París no tiene caducidad

El centrocampista alemán es un tipo honesto y prefiere esperar al término de este curso para decidir qué hacer con su vida y con su futuro profesional.

Tomás Roncero
Nació en Villarrubia de los Ojos en 1965. Subdirector de AS, colaborador del Carrusel y El Larguero y tertuliano de El Chiringuito. Cubrió los Juegos de Barcelona 92 y Atlanta 96, y los Mundiales de Italia 90, EE UU 94 y Francia 98. Autor de cuatro libros: Quinta del Buitre, El Gran Partido, Hala Madrid y Eso no estaba en mi libro del Real Madrid.
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Toni no es un jugador típico. Kroos ama el fútbol, por supuesto, pero no es de ese perfil de deportistas a los que hay que abrirles la puerta de salida para que entiendan que su etapa en el club puede estar acabada. Él tiene inquietudes, personales e intelectuales, más allá del balón. Por eso, tras renovar por el Madrid hasta 2023 (el 20 de mayo de 2019) ya dejó claro que una vez cumplido no se sentía obligado a forzar un contrato más como sea: “No soy de esos tipos que necesita seguir jugando hasta los 37 o 38 años”. El de Greifswald es un tipo honesto y prefiere esperar al término de este curso para decidir qué hacer con su vida y con su futuro profesional. Si se ve motivado, pedirá al club un año más. De lo contrario, se irá por la Puerta Grande como un señor. Lo que es.

Yo le animaría a que se quedase con nosotros hasta 2024. Su fútbol de seda, su inteligencia táctica, su sensatez en la dirección y su estética en el pase y la conducción lo convierten en un tesoro que conviene exprimir más. En París hizo una final modélica, anestesiando las feroces acometidas del Liverpool hasta lograr que en la recta final se rindiesen. Kroos es de los fichajes más rentables de la historia del club (solo 25 millones de euros) y ahora es Leyenda. Este año ayudará a integrarse mejor a Rüdiger. Kroos es mucho Kroos. Se ha ganado decidir dónde está su último pase.

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