El juguete harto de serlo
El día del año en el que se confirma que los Reyes Magos vienen de Oriente, pues suele triunfar bajo los árboles de Navidad de todo el planeta la industria juguetera china, sirve también para clausurar ese paréntesis navideño y prepararse para volver a la rutina. Que, en el caso del Espanyol, supone el retorno a la cruda realidad. La de un club apodado el Mágico, cuyo dueño procede de Oriente y es empresario juguetero, pero que por traer no trae ni carbón y se deja ver menos que Melchor, Gaspar y Baltasar colándose en los hogares la noche del 5 de enero.
Apeado de la Copa del Rey desde inicios de diciembre, en manos de un Segunda RFEF repleto de currantes y con algún jugador que emplea gayumbos Ghlidin Kldin (imitación de Calvin Klein) con más honra, eso sí, que algunos de sus rivales pericos a bordo de sus Maseratis o derivados.
En zona de descenso y con un entrenador cuestionado, partido no, partido sí, como si estuviera Manolo González participando de un siniestro Juego del Calamar.
Sin inversión indefinidamente por parte de esa propiedad a la que ya parece estarle bien lo de bajar a Segunda cada dos o tres años. En un contexto de absoluta urgencia, con un único fichaje por ahora, Pablo Ramón, que para colmo no se encontrará en perfectas condiciones seguramente hasta la próxima temporada.
Y con la imagen discordante con la historia que ofrecen al mundo Chen Yansheng, Mao Ye Wu o Fran Garagarza, eso sí, las escasísimas veces que se prodigan ante las cámaras. Una cara del Espanyol que afortunadamente sí representan cada una de las historias anónimas cobijadas tras cada uno de los 1.400 socios y socias que el pasado sábado desafiaron a la lógica para acudir, en uno de los momentos más críticos que se recuerdan, a animar en un entrenamiento de puertas abiertas sin ofrecer ni un solo reproche a sus jugadores.
Esa es la composición de lugar del Espanyol de Rastar. El juguete que no quiere serlo. Y que espera volver a convertirse simplemente en un club deportivo, como su nombre indica (con corona incluso en el escudo como la de los Reyes Magos), a lo largo de este 2025 en que cumplirá 125 años de existencia. Una efeméride tan importante que deberían volcarse todos los recursos disponibles y más para no celebrarla en Segunda. Pero ya conocen el proverbio chino: Chen es el único animal que cae tres veces en la misma piedra.
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