NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

El Gobierno interviene la Federación

Después de muchas idas y venidas, el Gobierno ha decidido cortar por lo sano y esta mañana se anunciará, antes incluso de estudiar la inhabilitación de Pedro Rocha y el resto de la gestora, que la Federación pase a ser controlada por un ‘Comité de gestión, supervisión y representación’ hasta las elecciones, que serán después de los JJ OO. El tremendo nudo jurídico que se estaba montando, al que ha contribuido no poco el encastillamiento de Pedro Rocha y sus cuates, los presidentes de regional, ha provocado esta solución drástica. La FIFA y la UEFA no se llevan lo bastante bien como para haberlo hecho ellas, como hubiera querido el CSD.

La primera pregunta es cómo tomarán FIFA y UEFA, tan celosas de la autonomía del fútbol, esta intervención. No hay que olvidar que el Gobierno ha contribuido no poco al lío, con su protección a Rubiales y sus zigzagueos. Rocha puede ser hoy suspendido por algo que acordó con el anterior secretario de Estado, Víctor Francos: mantenerse en la presidencia hasta después de los JJ OO. Fuentes del Gobierno piensan que esos organismos no se opondrán, porque en cierto modo llegaron a sugerirlo, al explicar que Italia hizo algo así para salvar una crisis en 2006. La decisión supone que se ha tomado aquel comentario como un consejo. Veremos.

Para la representación se busca un personaje de prestigio, que nos deje bien en los palcos y actos oficiales hasta que haya elecciones y nuevo presidente, que esa es otra. Con el actual reglamento electoral será difícil escapar de la malla de presidentes regionales que ha podrido el sistema. Habría que modificarlo, algo contra lo que está Alejandro Blanco, que tiene mucho peso, y habría que saber cómo lo toman FIFA y UEFA. Hace tiempo que se ha manejado la idea de “un federado, un voto” que abriría la puerta a candidatos externos terminando con el sistema clientelar que nos ha traído hasta aquí, pero no sé si es tan fácil hacerlo como decirlo.