El fútbol se va
El fútbol mundial viaja a la velocidad de la luz y el nuestro renquea. El dinero árabe irrumpe para cambiar radicalmente el orden establecido, Estados Unidos descubre con Messi que el fútbol, por fin, puede alcanzar el estatus que nunca tuvo en la meca del espectáculo, y las mujeres llenan estadios, copan audiencias televisivas e incorporan a la mitad de la humanidad al deporte rey.
Todas estas y otras circunstancias traen consigo transformaciones radicales en unas estructuras dominadas por hombres, que vivían ajenas a las leyes consuetudinarias y estaban plagadas de corruptelas. El fútbol era un mundo aparte. La FIFA, la UEFA y las federaciones y ligas nacionales afrontan con sobresaltos el momento más desafiante de su historia en términos de gobernanza, sostenibilidad y responsabilidad, y en España estamos a lo nuestro.
Aquí, los temas recurrentes de la agenda son otros: dirigentes de La Liga y la RFEF tirándose los trastos a la cabeza a diario y dirimiendo sus conflictos en los tribunales con decenas de querellas, clubes heridos por problemas económicos y de mala gestión, de corrupción o malas prácticas (el Barcelona se ha erigido en paradigma de todos estos males), comportamientos racistas en los estadios, cierta persistencia de grupos violentos y, como traca mundial, el destrozo monumental y retransmitido en directo a todo el mundo que ha provocado en nuestro fútbol el comportamiento del presidente de la RFEF, Luis Rubiales tras, oh paradoja, la consecución del Mundial femenino en Sídney. Lo último, al menos al cierre esta edición, es una convocatoria de huelga en la Liga femenina.
Los lectores tienen ya disponible el especial impreso de AS de la temporada 2023-2024. Es la única guía del quiosco actualizada con el cierre del mercado. Ni falta ni sobra ninguno de los nombres que aquí aparecen, lo que no es fácil en un zoco que depara sorpresas hasta el último minuto. Esta vez han sido la llegada de João Félix y João Cancelo al Barça, la cesión de Ansu Fati al Brighton y de Eric García al Girona, y la llegada de Mariano al Sevilla.
Salvo el fichaje de Bellingham por el Real Madrid y la llegada de algún veterano ilustre como Gündogan al FC Barcelona, los equipos españoles han tenido poca presencia en el mercado, lo que no deja en muy buen lugar a nuestro fútbol (seguimos en los niveles de la pandemia). La Premier, la gran rival de La Liga en los últimos años, ha gastado seis veces más en fichajes este verano: 2.800 millones frente a 439 (157 fichajes), según datos de la web Transfermarkt.
Con estos datos, España se coloca como sexto país por inversión detrás de la Premier, la Ligue 1 francesa (900 millones), la Serie A italiana (853), la Saudi Pro League (846 millones) y la Bundesliga (747). Detrás de España solo quedan Ligas menores (Países Bajos, la segunda inglesa o Portugal). Son datos duros de asumir que dibujan un panorama complicado para competir con los dueños del mercado: Inglaterra y Arabia Saudí.
Ni siquiera el Real Madrid, el club más poderoso del campeonato español (ha gastado más que nadie: 130 millones, de los que 103 han sido para Bellingham), ha podido hacer realidad su deseo de inaugurar su impresionante nuevo estadio con la estrella elegida para la ocasión: Kylian Mbappé.
El dinero catarí es difícil de combatir y la actitud del astro francés tiene a la parroquia merengue entre desconcertada e irritada. Son muchos años peleando por ese fichaje, que se ha convertido en algo cansino. ¿2024 será, al fin, el año de su llegada? Veremos. Las heridas de Mbappé han encontrado bálsamo en un nueve inesperado: Bellingham. Su arranque de temporada ha sido superior y el inglés tiene trazas de futbolista mayor con hueco entre los mejores.
Junto a él, jóvenes talentos como Valverde, Camavinga y Tchouameni están llamados a culminar el final de dos pilares del Madrid de los últimos años, Modric y Kroos, una operación siempre delicada.
El actual campeón, el Barça, ha encontrado en un joven canterano, Lamine Yamal, un rayo de esperanza. El club azulgrana vive en una montaña rusa de fichajes, salidas, palancas y esfuerzos desesperados por recuperar su capacidad de actuar en el mercado. Con escaso éxito (21 clubes españoles han gastado más que el Barça). La llegada como hombre libre del alemán Gündogan alivió esa sensación de que el club culé ni puede ni le quieren, pero ha sido Lamine quien ha tirado la puerta. Y gratis, ya que el Barça está en la cola de los 200 primeros clubes por gasto (el Madrid es el 15º).
Pese a sus infortunios, el club azulgrana mantiene una plantilla competitiva para luchar por todo en Montjuïc. Tras ganar la última Liga, Europa se presenta como el gran reto del cuadro de Xavi tras los fiascos de las últimas temporadas. La llegada in extremis marca de la casa de João Félix y João Cancelo refuerza sus opciones.
En el cuadro de aspirantes, el Atlético merece todo el crédito. El Cholo ha armado un equipo de gran poder ofensivo y con la reciedumbre propia de los equipos del argentino. Los otros invitados de la Champions, Real Sociedad y Sevilla, han arrancado con dudas, sobre todo el segundo, que pese a su séptima Europa League ganada vive convulso en las últimas posiciones de la tabla al cierre de esta guía. Athletic, Valencia, Betis, Girona y Rayo, entre otros, parecen dispuestos a animar el campeonato. Que así sea. A falta de dinero y galácticos, emociones. Algo es algo.