El físico traiciona a Badosa

El Open de Australia arranca la madrugada del domingo al lunes, en la mañana aussie del 16 de enero. Rafa Nadal, el vigente campeón, abrirá en torno a las 4:30 horas frente a Jack Draper, el número 40 del Mundo, un rival asumible si no fuera por las dudas que han generado las dos derrotas del español en el arranque de 2023. Nadal aseguró en el media day que sus sensaciones actuales son mejores que las de entonces, y sacó a relucir su casta: “No he venido a Australia de paseo”. Con 36 primaveras en el carnet de identidad, cuesta más poner en marcha el motor, pero de peores situaciones ha salido. Sin ir más lejos, el año pasado, cuando se coronó en la Rod Laver Arena, apenas un mes después de haber barajado con su equipo la retirada.

También este lunes tenía que debutar Paula Badosa ante Caty McNally, pero ese partido no se jugará. Badosa anunció este sábado que causa baja en Melbourne por una lesión en un muslo que se produjo durante el maratoniano choque de dos horas y 35 minutos, en los cuartos de Adelaida 2 ante Beatriz Haddad Maia. Su incomparecencia en las semifinales ya hizo saltar unas alarmas que, por desgracia, se han confirmado. Es una pena, porque la impresión que emanaba Paula era radicalmente diferente a la de Rafa, con pleno de cuatro victorias en 2023, ante rivales de empaque. La propia Badosa destacó “la buena pretemporada” que ha cubierto para superar las exigencias que siempre plantea el verano oceánico, pero el físico le ha vuelto a traicionar. La española protagonizó cuatro retiradas en 2022, un dato que señala a su condición como uno de sus puntos débiles. Paula lo sabe y lo había trabajado, pero, aun así, ha sucumbido ante otra lesión. Hay que volver a empezar. Su baja se une a la de Carlos Alcaraz, el número uno de la ATP, lo que deja a España sin dos de sus grandes bazas para lucir en el primer Grand Slam.