El Eintracht no se presentó
No es que se durmiera el Eintracht, más bien fue incomparecencia absoluta.
El Eintracht salió atolondrado a jugar al Metropolitano y eso en el feudo rojiblanco es pecado mortal. Y más ante un equipo de Simeone. Alfombra de gala absoluta del equipo de Toppmöller a un Atlético que está subido en la onda buena. No se recuerdan cuarenta y cinco minutos tan horribles de un equipo de Champions en estos ochos años de corta historia del estadio atlético. No es que se durmiera el Eintracht, más bien fue incomparecencia absoluta.
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Se esperaba un partido de goles, pero el festín únicamente se lo dio el Atlético. El tanto de Burkardt fue un destello de que su arsenal ofensivo es importante, pero no se puede pasear por Europa con un coladero en la retaguardia. Los de Frankfurt vinieron de vacaciones a Madrid, algo impensable en la siempre rigurosa filosofía alemana. El Eintracht dimitió muy pronto y el Atlético fue una apisonadora.
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