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El desafío inédito de Brais Méndez y el extremo de Gattuso

Actualizado a

Mejorado

Todo lo que se sabía de Brais Méndez (25 años) antes de su fichaje por la Real Sociedad invitaba a creer a fe ciega en el acierto del club vasco en su contratación. Se conocía su calidad, extendida a distintos capítulos del juego, y volumen de trabajo, así como su importancia en la generación de peligro. Pero pocos podían intuir un impacto tan inmediato, sobre todo, en el apartado goleador. Que la estadística avanzada en los últimos cuatro partidos donde suma otros cuatro tantos le conceda un valor de 1,2 goles esperados —baremo que asigna una probabilidad de que una ocasión acabe en gol— descubre que el gallego no se ha conformado con explotar su talento y ha sido capaz de incorporar nuevos registros a su fútbol. No se contenta con tocar el balón, pretende ser decisivo en el desmarque y asaltar las zonas libres como hizo ante el Villarreal. Brais ataca los espacios con una agresividad inédita y plantea un desafío a Luis Enrique en la víspera del Mundial. Un jugador que ya ha ido a la Selección y que presenta este estado de forma exige, cuanto menos, que su candidatura sea considerada con máximo interés. Aun así, Brais es mucho más que el gol. Aparece como el jugador de la Real que más acciones ofensivas realiza y uno de los futbolistas de LaLiga que más pases de doble presión —cuando el que lo da y el receptor están encimados— ejecuta. Pero eso ya se sabía antes de fichar por la Real.

Siempre en movimiento

El esperado desquite del Valencia a domicilio llegó a través de sus extremos, justificado en el papel que Gattuso otorga a esta figura. Justin Kluivert (23 años) y Samuel Lino (22 años) tendieron a Osasuna con sus rupturas y conducciones. Ambos se relacionaron bien con lo que pedía cada jugada. Kluivert arañó pronto la espalda de Juan Cruz y aportó profundidad por el perfil diestro. Su movimiento entre el lateral rojillo y Aridane en el 0-1 resultó demoledor. No necesitó entrar mucho en juego con la pelota, apenas 22 toques, para firmar tres pases clave y poner centros atinados para Cavani. En el otro lado, Samuel Lino sí demandó más la posesión (57 toques) para demostrar que maneja todos los conceptos. En la primera jugada ya vino a recibir para después saltar al espacio. Luego provocaría la roja de Unai García con una ruptura de quilates. Los dos futbolistas renuevan la vigencia del papel de los extremos en el fútbol, que parecía arrinconada en estos tiempos. Gattuso, que ha roto con las convenciones modernas, tiene la culpa.

Lo primero, trabajar

La cosa también fue de extremos en el Almería. Embarba resultó decisivo con sus dos asistencias, la primera en plena colaboración de Diego López, en un triunfo imperioso para el equipo de Rubi. Pero casi destacó más Leo Baptistao por la versión tan esforzada que exhibió en la banda derecha. A sus 30 años, distinto al delantero que fue, el jugador brasileño hizo una labor de zapa sobre Fran García y se juntó siempre con Mendes para cubrir el costado. Se le vio más activo en la presión y en las coberturas que en cualquier otro aspecto del juego. El significado de su perseverante faena se trasladó a las 11 recuperaciones que sumó. Baptistao cooperó de manera clave en la progresión defensiva del Almería. Rubi necesita de jugadores comprometidos con su idea y el brasileño subrayó su responsabilidad para hacerse sitio de forma permanente en el once.