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El curioso caso de Kylian Mbappé

Kylian Mbappé sigue en París y juega en otra liga, pero ocupa más minutos en los programas españoles de televisión que Jude Bellingham, del que no escucho novedades hace algunos días. Todo lo llena Mbappé, que volvió por Navidad como vuelve cada año el anuncio de la lotería. Y viene al caso la comparación porque, a día de hoy, las posibilidades de que Kylian juegue en el Real Madrid son las mismas de que nos toque el Gordo, que son iguales a las que hay de meter la mano en un barreño lleno de lentejas y sacar la única lenteja negra.

¿Quiere esto decir que las posibilidades de que Mbappé juegue en el Real Madrid son nulas? No. Pero fácil tampoco es. Y no lo es por dos razones, que por orden de importancia son las siguientes: porque Florentino tiene que querer ficharle (que ya se verá), y porque Kylian tiene que aceptar ganar la mitad de lo que gana en París. Pero, ojo, visto con perspectiva, esa pérdida puede ser a corto, pero no a medio o largo plazo. Me vale el ejemplo de Beckham, retirado hace años pero con una capacidad de facturación asombrosa, superior a la de muchos parecidos o mejores que él cuando estaban en activo. El inglés ha sabido explotar bien el sello de los Galácticos, que por cierto cumplirán su 25 aniversario el próximo año.

Podemos decir que Mbappé es uno de los cinco mejores jugadores del mundo en este momento. Pero es que tres de los otros cuatro están en el Madrid. Son Bellingham, Vinicius y Courtois. El que falta, ya lo saben, es Haaland. El Madrid cuenta para el año que viene con las incorporaciones de Endrick, ya cerrada, y de Alphonso Davies, bien encaminada. No cuenta con Mbappé, a quien habría que meter en el equipo haciendo encaje de bolillos. ¿No cabe? Sí, claro. Pero Vinicius no puede jugar con él en brazos... Por esto y por todo lo anterior sepan que tanto si Mbappé renueva por el PSG como si decide venir, en el Real Madrid no van a derramar una lágrima. Ni pena ni de alegría.

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