La Pizarra Táctica

El colmo del Madrid

MADRID, 14/05/2025.- El defensa del Real Madrid Jacobo Ramón Naveros celebra su gol durante el partido de la jornada 36 de LaLiga de fútbol que Real Madrid y RCD Mallorca disputan este miércoles en el estadio Santiago Bernabéu. EFE/Chema Moya
Chema Moya
Javier Sillés
Subdirector de AS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense, empezó en 2011 en la sección del Real Madrid como becario. Después pasó a AStv, donde ejerció la función de editor jefe hasta 2021 y como jefe también de la sección de infografía. En 2021 fue nombrado de redactor jefe de fútbol y en 2022 ascendió a subdirector de AS.
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Nada está escrito cuando el Madrid aparece en la historia. La forma en la que ganó al Mallorca fue surrealista, aunque merecida, por los nombres que propiciaron que el Barça todavía no esté de celebración. Jacobo, con asistencia de Vallejo, sacaron la cabeza por un Madrid remendado hasta el extremo. El parte de bajas denuncia la planificación y el juego desnuda el trabajo táctico y la aplicación individual de los futbolistas. Ni en una cosa ni en la otra se salva el Madrid, pero contra el Mallorca sí tuvo la vergüenza torera y la vocación irreductible de querer hasta el final.

Ancelotti no hizo demasiados equilibrios con la alineación ante la plaga de ausencias. De los castillistas, descontando a Asencio de la ecuación, solo fue titular Jacobo. Al central se le vio otra vez algo verde en los duelos, aunque en su descargo bailó con la más fea por la doble punta que usó Arrasate con Muriqi y Larin. El gol le redimió. No fue por él por lo que se repitieron los desajustes de siempre, con esa distancia criminal entre líneas y esas desatenciones en las vigilancias que resquebrajan a cualquiera. Con todo, el Madrid no jugó su peor partido de la temporada, ni mucho menos, aunque futbolistas como Ceballos y Endrick volvieron a sembrar más dudas sobre su dimensión futbolística. Pero con Modric en el campo todo mejora.

Bajo el 1-5-3-2 pegado a su área, el Mallorca puso el fuerte y lo fío todo a las paradas de Leo Román. Fue Mbappé, con la flecha hacia arriba, el que se mostró poderoso en el frente y acumuló méritos para un Madrid voluntarioso. Por esfuerzo e insistencia no quedó nada. Los de Ancelotti lo intentaron por tierra y aire, prodigándose en disparos de media y larga distancia. Leo Román fue un frontón hasta que Vallejo y Jacobo decidieron que su equipo no iba a entregar la Liga al Barcelona antes de tiempo. Hasta en temporadas para olvidar, el Madrid se reconoce en la épica.

La secuencia del error

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