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Mismo rival, una gran diferencia. Otra vez el City en semifinales. Otra vez Guardiola en la antesala de poder conquistar una nueva Champions, tan cerca, pero a la vez tan lejos. Ambos equipos llegan y son diferentes a los del año pasado, pero la mayor diferencia está en la incorporación del gigante noruego a la disciplina de los de Mánchester. Hablo de gran diferencia porque Haaland ha terminado por condicionar la forma de jugar de los citizens.

Adaptación. Mi sensación, al comienzo de la temporada, es que se trató de amoldar a Haaland al estilo que ha mantenido Pep durante los últimos años. Un conjunto con un control sobre el balón tan salvaje que apenas dejaba entrar en juego a los oponentes. Te desesperaban, te aburrían y, aunque no tenían una gran pegada, acababan por llevarse los partidos a su terreno en la mayoría de los casos. Con el paso de los meses hemos ido viendo un City (por lo menos en los partidos clave) cada vez más práctico, siendo conscientes de todo lo que te puede dar el punta nórdico sin necesidad de dominar, someter o arriesgar con tantos jugadores por delante de la pelota. Haaland es un sistema ofensivo por sí mismo y es capaz de conseguir goles gratis, que es lo más complicado en este juego llamado fútbol.

El Madrid. Siempre he pensado que la Champions es un intercambio de golpes entre los mejores pegadores del continente y ahí el Real Madrid siempre se ha mostrado como el rey del KO por excelencia. Ahora se pueden esperar guiones diferentes al del dominio casi total de los skyblues, con un Madrid más o menos replegado, esperando encontrar la velocidad y la inspiración de Vinicius, Rodrygo y Benzema. Habrá que estar mucho más atento y equilibrado cuando tú tengas el balón, pues serán los momentos más peligrosos del noruego.

Dos grandes equipos. Aun así, mi sensación es que los de Carletto han mostrado un nivel muy alto en esta edición de la Champions y que afrontan el reto con más confianza que el pasado, y que el City ha dejado algunas puertas abiertas en cuanto a ocasiones claras de los rivales en las pasadas eliminatorias. Pero cuando se trata de las dos mejores escuadras de la competición cualquier vaticinio es un tiro al aire. Cualquiera sabe dónde pueden estar las claves, aunque a nadie se le escapa que controlar a Haaland será absolutamente necesario.