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El cierre más triste a un gran año

Los peores presagios se han cumplido. Un día después de la retirada de Carlos Alcaraz en el Masters 1.000 de París-Bercy, el murciano ha anunciado públicamente una importante lesión que le impedirá afrontar sus dos grandes objetivos de final de curso: las ATP Finals de Turín y las Finales de la Copa Davis de Málaga. Las pruebas médicas han detectado un desgarro muscular en la zona abdominal que le mantendrá seis semanas en el dique seco, lo que se traduce en que su enorme temporada pone el cierre de la manera más triste. A pesar de la mala noticia, todavía puede alcanzar la meta de acabar el año como número uno mundial, pero ya no podrá defender personalmente esa posición, sino que dependerá de los resultados que logren Rafa Nadal y Stefanos Tsitsipas en el torneo de maestros. Oficialmente también sería campeón de la Davis si España consigue alzar la Ensaladera, porque ha participado en las fases anteriores, pero tampoco podrá hacerlo dentro de la pista, allá donde le gusta a los grandes deportistas. Todo lo que venga en ambos escenarios, vendrá de rebote. Aunque merecidamente. No hay que olvidar, pese a la lesión, la tremenda campaña que se ha marcado Carlitos, con cinco títulos en el circuito, incluido su primer Grand Slam: el US Open.

La rotura de Alcaraz confirma la exigencia del calendario ATP para quienes pelean todos los objetivos. Su baja, y perdón por la comparación, recuerda mucho a otros finales de temporada de Rafa Nadal, que tradicionalmente ha llegado casi siempre mal a la recta final del año. El murciano ha disputado 70 partidos, demasiados. Ha pagado ese precio. Pero los lamentos sirven ya de poco. Ahora toca tomar nota de los aprendizajes, saborear el recuerdo de sus brillantes momentos y, sobre todo, recuperarse bien para 2023. A sus 19 años, queda mucho tenis por delante.