El Cholo siempre dispara al pianista
Adiós a Europa. ¿Dónde quedó la seguridad defensiva del Atlético? Ayer encajó dos goles muy pronto y Oblak impidió otros. Lo que más se añora en estos tiempos decadentes del cholismo es aquella coriácea seguridad defensiva, la marca de la casa. Para llegarle a puerta al Atleti había que sudar sangre, hacerle gol era una proeza, de modo que podía bastar con una cabezadita de Godín subiendo a rematar un córner para llevarse el partido. Así llegó a tener una mano sobre la orejona en Lisboa, donde el Madrid pasó las de Caín hasta que cazó el gol en el 93′. Aquel Atleti, lo recuerdo, venía de ganar LaLiga por el mismo procedimiento.
Nada que ver. Este Atleti es un coladero que deja vendido a Oblak lo mismo ante el Cádiz que ante el Oporto. Por ahí sangra el equipo sin que Simeone encuentre solución mientras permite, supongo que le conviene, que el debate esté en torno a João Félix, el menino con cara de saudade que vino para ser un nuevo Kun Agüero y se ha quedado en aspirante sin suerte. La impresión un día y otro es que el Cholo le perdona menos que a otros, menos que a nadie. Ayer le retiró en el 61′ y no es que hubiera hecho gran cosa, pero desde luego no menos que muchos compañeros. Venía arropado por dos goles en Cádiz, pero ni eso le sirvió. El Cholo siempre dispara al pianista.
Claro que él prodiga demasiados mohínes de niño consentido que chirrían en el modelo áspero de su entrenador. Aunque nunca deja de salpicar su juego con bonitas pinceladas, su rendimiento no da para tanto gesto ofendido. A un Cristiano que marca 50 goles al año hay que aguantarle lo que sea, pero cuando no se llega a tanto ni de lejos es mejor medir la expresión de los enfados. Francamente, le veo fuera en enero. El Atlético, que ya entró en el curso con el regreso no programado de Morata desde la Juve, sufre un quebranto económico con esta caída en Europa. Con João Félix podría compensar el agujero. Pero, ¿y si después el Cholo dura poco?