El CASico: un asunto de normas y plazos
El domingo 24 de agosto, hace ocho días, se disputó en la Premier League un encuentro entre el Crystal Palace y el Nottingham Forest. En otras circunstancias, hubiese sido un partido sin demasiada repercusión lejos de los entornos de los dos clubes involucrados. Pero los eventos de este último verano hicieron que la prensa inglesa lo bautizara como “El CASico”, un juego de palabras que hace referencia a las siglas en inglés (CAS) del Tribunal de Arbitraje del Deporte. Esta institución es la que acabó decidiendo que el Palace no podía jugar la Europa League pese a haberse ganado ese derecho al ganar la FA Cup, descendiéndolo a la Conference por haber roto el reglamento de multipropiedad de la UEFA. Su plaza en la segunda competición continental pasó a manos del Forest, y la prensa inglesa publicó que el propio club de Nottingham había escrito una carta a la UEFA el 9 de junio pidiendo que clarificara si el Palace y el Lyon, entre cuyos accionistas se encontraba John Textor en ambos casos, cumplían con las normas para jugar la misma competición. Ese episodio inició una nueva rivalidad entre las dos entidades.
El Forest defiende su posición. Argumenta que tuvo que tomar medidas muy costosas para ajustarse a los requerimientos de la UEFA —como disminuir el control sobre el club de su propietario, Evangelos Marinakis, que colocó sus acciones en un fideicomiso— y que lo hizo antes del 1 de marzo, el día en el que se agotaba el plazo. El club de Nottingham estaba en aquel momento en el top-4 de la Premier y podía coincidir en la Champions con el Olympiacos, otro equipo propiedad del mismo magnate, por lo que tomó las medidas preventivas necesarias. El Palace, en cambio, estaba duodécimo en la Premier y aún quedaban muchas rondas por jugarse en la FA Cup: ni se planteó que pudiera llegar a Europa y colisionar así con el Lyon. Cuando ganó el torneo copero, Textor vendió sus acciones, pero era ya demasiado tarde para cumplir con la norma.
Noticias relacionadas
Es evidente que las decisiones de la UEFA y del TAS se ajustan a un reglamento, pero... ¿tiene sentido que el único obstáculo que tengan que sortear los clubes que forman parte de una misma propiedad sea una cuestión burocrática y formal que en esencia cambia muy poco su relación con el conglomerado al que pertenecen? La sensación que nos queda a todos es que al Palace no se le sanciona por violar el espíritu de la norma... sino por llegar tarde a un papeleo que parece más maquillaje que otra cosa.
¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí
