El Brujas sigue compitiendo pese a las ventas
Se fueron talentos como Jashari o Talbi, pero llegaron Forbs y Stankovic.

Apuesta por la continuidad. Después de un periodo convulso en el que pasaron cinco entrenadores por el banquillo en sólo dos años -algunos, como Philippe Clement o Alfred Schreuder, se marcharon ellos porque tenían otras ofertas-, el club decidió buscar la estabilidad este verano pese a perder la liga ante el Union Saint-Gilloise. Nicky Hayen siguió en el cargo, en parte por el crédito logrado durante los últimos meses del curso 23-24, cuando llegó a última hora y conquistó una liga que parecía perdida, y también por su buen desempeño en la Champions 24-25 y por el título de copa de esa misma campaña. Quedar segundo en el torneo de la regularidad le supuso al Brujas tener que disputar dos rondas previas en verano y las superó con solvencia ganando los cuatro partidos. Especialmente llamativos fueron los de la última eliminatoria ante el Rangers: un 1-3 en Escocia (el marcador ya reflejaba un 0-3 en el minuto 20) y un 6-0 en la vuelta. Aunque se marcharon futbolistas tan importantes como el magnífico centrocampista Ardon Jashari, el desequilibrante extremo Chemsdine Talbi, el muy ofensivo lateral izquierdo Maxim De Cuyper y el delantero Ferran Jutglà, en Brujas no perdieron la cabeza y siguieron aplicando su receta: fichar más barato de lo que se vende, intentando identificar talento joven que pueda ser revalorizado. Las contrataciones del medio centro Aleksandar Stankovic, del rapidísimo Carlos Forbs y de los atacantes Nicolò Tresoldi y Mamadou Diakhon van en esa dirección. Y tácticamente el equipo mantiene las mismas señas de identidad. Un 4-2-3-1 con Vanaken libre para llegar, extremos a pie cambiado, laterales muy profundos y voluntad de ser agresivos en la recuperación y protagonistas en los partidos. Así cayó el Monaco por 4-1 en el único encuentro que el Brujas ha jugado en esta Champions en casa, una goleada sin paliativos en la que los de Hayen barrieron del campo a su rival.
El regreso de Onyedika. En las dos derrotas europeas que llegarían después, el 2-1 en Bérgamo ante la Atalanta y el 4-0 en Múnich frente al Bayern, el Brujas echó de menos a su pivote con más capacidad física y defensiva, el nigeriano Raphael Onyedika. Tras más de un mes lesionado, Hayen le dio los primeros minutos este fin de semana en la victoria por 2-1 ante el Dender, un resultado que deja al equipo segundo a tres puntos del Union. Onyedika jugó media hora y quizá sea poco para pensar en un regreso al once, pero es una pieza difícil de sustituir. Tanto Lynnt Audoor como Cisse Sandra, los dos canteranos que le han ido supliendo en los últimos encuentros, tienen poca experiencia en partidos de tanto peso.
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Los que continúan. Del Brujas que eliminó la temporada pasada a la Atalanta en dieciseisavos de final de la Champions con una gran exhibición en Bérgamo se fueron cuatro puntales, pero se mantienen en la plantilla los otros siete titulares de aquel día. Eso sí: Mignolet, el veterano portero, está lesionado. Parece evidente que, después de retenerlos en este último mercado, las próximas grandes ventas del Brujas serán el lateral Joaquin Seys -que es tan bueno que, pese a ser zurdo como De Cuyper, Hayden lo ponía por la derecha la temporada pasada para que jugaran los dos- y el extremo a pie cambiado -muy goleador- Christos Tzolis. El que es difícil que se vaya ya a algún sitio a sus 33 años es el capitán Hans Vanaken, que sigue siendo el futbolista más distinguido de la plantilla. Un media punta de 1.95 que aprovecha su capacidad física para rematar... pero que sabe asociarse muy bien por abajo.
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