El Bernabéu debe recibir a Ramos de pie
El fútbol es diabólico. Da muchas vueltas. Que se lo digan a Mbappé, que pronto pasará de repudiado a amado por la afición del Real Madrid. Soy el primero que me quedé muy dolido por la marcha de Sergio Ramos a París. Al final, si llega a firmar el año que le daba Florentino seguiría ahora en el equipo en el que hizo historia y sería su jugador con más partidos oficiales por encima de Raúl, Casillas y Sanchís. Pero todo el mundo tiene derecho a equivocarse cuando está negociando su futuro y el de su familia. El camero creyó que pedía lo justo (es evidente que su gran trayectoria en el club le permitía pedir esos dos años que solicitó), pero su tortuoso periplo por París ya no tiene marcha atrás. Al menos, ha tenido el coraje de renunciar a mucho dinero por cumplir su sueño de regresar a su Sevilla.
Por eso, desde aquí pido de corazón que el Bernabéu le reciba el domingo como la leyenda que es. Yo me pondré de pie a aplaudir a Sergio cuando el club le haga ese pequeño homenaje que le tiene preparado para antes de arrancar el excitante partido con el Sevilla de Quique Sánchez Flores. Sergio nos dio mucho durante tres lustros y, sobre todo, ese golazo de Lisboa que cambió nuestras vidas para siempre. Esa Décima abrió el melón de la 11, 12, 13, 14... Ese cabezazo imperial demostró lo importante que es estar en el lado bueno de la Historia...