El Barça puso el intermitente
La vaca es un animal totémico, no solo en la India. Manuel Rivas tituló uno de sus primeros libros ‘Un millón de vacas’, el primer censo real de la población sueva del noroeste. Por eso en Galicia hay muchos chistes de vacas. En mi infancia había uno que tuvo fortuna. Cuentan que un tratante quiso vender una vaca a un turista veraniego diciéndole que era mejor que un caballo purasangre porque nunca se agotaba y esprintaba. Por reírse del tratante, el ‘fodechinchos’ le retó con su flamante dodge dart camino de Madrid. Tras pisar el acelerador, la vaca seguía a rebufo. Por el puerto del Padornelo, en los túneles que separan Galicia y Castilla, vio el turista por el retrovisor que la vaca había sacado la lengua fuera, por la izquierda. Lo interpretó como un signo de cansancio y se rio del tratante, que viajaba de copiloto. Con marcado acento galaico, este le corrigió: “No, sólo ha sacado el intermitente para adelantar’.
El Barça también puso el intermitente para rebasar al Madrid y volver a liderar la Liga. Va a ser esta una carrera de fondo, con fases para el esprint. Tras la manita del Metropolitano, algunos (entre los que por supuesto me incluyo) temían el clásico petardazo, que planeaba por Montjuïc cerca del descanso. Parecía el Barça cansado, sin precisión. Pero entonces, en plena pendiente, sacó la lengua para adelantar y poder ver al Madrid por el retrovisor.
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