El Barça inscribe a Gavi vía juzgado
De cuando en cuando conviene repasar cómo son las cosas. El límite salarial, que también conocemos como ‘fair play’ financiero, no es un capricho de Tebas porque sí. Se instaló a partir de la 13-14 para remediar una situación que a vista de hoy parece inaudita: los clubes debían 750 millones a Hacienda, 1.000 a la banca, entre ellos se debían 500, peloteados en papel de aquí para allá, 500 jugadores reclaman atrasos cuyo montante era próximo a los 80 y amenazaban huelga. De los 42 clubes de LaLiga, 32 estaban en concursal. El límite salarial, que impide fichar si no se cumple una ecuación ingresos-gastos-deuda, vino a remediar eso.
El verso suelto es el Barça, el equipo que peor ha hecho las cosas los últimos años. Pateó los 222 millones de Neymar en Coutinho (135) y Dembélé (140), números aproximados por eso de los variables, pero que se dan por buenos. Más adelante fue lo de fichar a Griezmann por 120 y devolverlo al Atlético por 20 más unas vagas promesas de opciones sobre jugadores. A eso se suma la inflación de salarios, con Messi a la cabeza, en la que llegó a haber siete que cobraban más que el mejor pagado del Madrid, llevando la plantilla a un costo total inasumible de 640 millones, que Laporta admite que habría que reducir a 400 para que el club resultase viable.
Laporta consiguió al poco de llegar 600 millones de Goldman Sachs y el pasado verano otros 700, palanca a palanca. Todo eso habrá que devolverlo. El curso que viene jugará en Montjuïc, con una pérdida de 93 millones en taquilla, y afrontará la obra del Espai Barça, cuyo costo será de 1.500. Necesitaba como fuera inscribir a Gavi con fecha límite ayer, porque si no quedaría libre a fin de temporada, pero Tebas no se lo permitía y han buscado un juzgado para hacerlo. Me dirán que está en su derecho, claro que sí, pero si todos hicieran lo mismo dentro de poco nos encontraríamos aproximadamente igual que en la 13-14, principio de este artículo.