El Barça, contra el ruido y contra el mundo

Al Barça, por su mala praxis en el caso Enríquez que veremos a ver hasta dónde llega, le van a tocar vivir a partir de ahora unas cuantas noches como la de San Mamés. En un ambiente encendidísimo, con gritos de “A Segunda, a Segunda” y algunos billetes sobrevolando la Catedral, salió vivo de milagro, con otra victoria por 0-1 (la novena de la temporada) y colgado del larguero en los últimos minutos. Donde no pudo llegar Ter Stegen, que firmó su decimonovena portería a cero de la temporada, lo hicieron Koundé, otra vez salvador bajo palos como en sus tiempos del Sevilla, y Marcos Alonso.

Ganó el Barça, que llega al Clásico con nueve puntos de diferencia, consciente de que puede darle el golpe definitivo a la Liga. Pero su partido, salta la vista, no fue el mejor. El VAR le echó un cable en las dos jugadas claves (el gol de Raphinha y la mano de Muniain) y se fue consumiendo durante la segunda parte hasta acabar rezando. Eso sí, lo que jamás se podrá olvidar del Barça de esta temporada, si finalmente es campeón, es su nivel de compromiso. Si hace falta, algunos como Gavi están arriesgando la cabeza en el intento. Seguramente, porque no estén sabiendo jugar de otra manera. Pero la clasificación es incontestable. Y al Barça, que a partir de ahora va a tener que jugar contra el ruido y contra el mundo, le sostienen los 65 puntos.