Durísimo golpe de realidad
El Inter cayó eliminado ante un Atlético que, en los anteriores nueve choques oficiales, solo había ganado dos veces, con cinco derrotas. Es un durísimo golpe de realidad tanto para los de Inzaghi, que llegaban como un tiro con 13 victorias seguidas en 2024, como para el fútbol italiano. Las tres finales del curso pasado hicieron pensar que el Calcio había vuelto a sentarse en la mesa de los grandes, pero la eliminación en la fase de grupos del Milan y las tres en estos octavos de final enseñan claramente que el camino es larguísimo.
Los de Inzaghi mostraron una versión distinta y empeorada del equipo que fue imparable en 2024. El 1-0 de la ida, quizás, invitó a esperar al Atleti, especular con la ventaja mínima y golpear cuando el partido lo permitía. El plan funcionó en la primera media hora, pero el error imperdonable fue haber pensado que, con el gol de Dimarco, la eliminatoria estaba sentenciada. La reacción del Atleti con Griezmann puso contra las cuerdas a un Inter que, en la segunda parte, remató a puerta solo una vez.
El Metropolitano le quedó grande al equipo de Inzaghi: Lautaro se vio demasiado poco por su calidad y Thuram vivió una noche totalmente para olvidar, entre ocasiones enormes desperdiciadas y aquel agarrón absurdo a Savic. La lotería de los penaltis premió al que más quiso la victoria (2.47 expected goals contra 1.55) en los 120′ decisivos.