Duplantis corre a 37 km/h para volar

El sueco salta 6,30 en pértiga, el gran ideal de los saltadores. Es su récord del mundo número 14.

Sweden's athlete Armand Duplantis competes in the men's pole vault final during the World Athletics Championships in Tokyo on September 15, 2025. (Photo by Philip FONG / AFP)
PHILIP FONG
Juanma Bellón
Juanma Bellón. Nació en 1983, en Úbeda. Corrió 800 metros en 1:49. Estudió periodismo en la Complutense y en 2006 entró en AS, a Más Deporte. Escribió de temas polideportivos, mucho atletismo. Cubrió los Juegos de Tokio. Ahora es jefe de la sección de Actualidad. Allí se trata de economía, ciencia, conflictos internacionales, política y lo que sea.
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Mondo Duplantis materializó la utopía en Tokio. Saltó 6,30 metros, el gran ideal de los soñadores de la pértiga, esa mezcla de atletas y gimnastas capaces de volar hasta un segundo piso con un fino bastón de fibra de vidrio. En apenas cinco años, el sueco ha llevado este arriesgado arte a otra dimensión. Comenzó su carrera de récords del mundo con 6,17 en 2020, y centímetro a centímetro (como su antecesor Bubka) alcanzó 14 ochomiles. Pasó por el imposible 6,20, luego por el inimaginable 6,25 en los Juegos de París, y ha tocado el cielo en la capital de Japón. 14 centímetros le separan ya del anterior plusmarquista, Lavillenie. Un abismo.

¿Por qué es especial Duplantis? Los expertos apuntan en primer lugar a un factor psicológico. No tiene miedo de ningún tipo a estar sobre el aire a más de seis metros. Sin estar sujeto a nada. Esa inconsciencia, o confianza, le da un valor diferencial. Tal vez tenga que ver en que lleva toda una vida pegado a la pértiga. Desde que tenía 3 años y saltaba en el jardín (y en el salón) de casa hasta los 25 años que tiene ahora. Sus padres Greg y Helena le hicieron crecer junto al artilugio que nunca abandonó. Ni en el instituto, ni en la universidad, ni en los grandes estadios.

A nivel técnico, es muy importante su velocidad. Duplantis puede correr un 100 en apenas 10.30. Se vio en su récord. Entró al cajetín a 37,82 kilómetros por hora, un obús. Y transformó esa velocidad horizontal en 21,15 km/h de velocidad vertical. Es una ‘catapulta’ que le hace salir disparado hacia arriba. Otros no controlarían la inercia, pero Mondo sí. Domina el movimiento y se recoloca para franquear el listón.

Duplantis corre a 37 km/h para volar
Duplantis, al doblar la pértiga. Adam Warzawa

Un saltador velocista

En este tipo de saltos no hay límite en el equipamiento, ni en la longitud ni en lo dura que sea la pértiga, que pesa entre 4 y 5 kilos. El material apenas ha cambiado desde la época de Bubka y la ‘escuela soviética’ (unas pértigas más ligeras serían muy peligrosas). La base de todo es la mecánica y la técnica. Duplantis ha revolucionado ese aspecto al completo. Bubka era más un gimnasta, que saltaba a base de fuerza. Duplantis es un velocista, que vuela a base de velocidad y una habilidad descomunal para subir hacia arriba con apenas 80 kilos de peso. Un perfil de saltador único.

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Sin miedo y con una revolución técnica, Mondo Duplantis ha alcanzado el cielo imposible. Un atleta carismático, abierto a los aficionados y a los medios. Los patrocinadores se pelean por tener al sueco-americano como imagen. Su retorno es de un valor incalculable. Tendrá que elegir qué patrocinio es más rentable. Lo que tiene claro Duplantis es su conexión para el público. Siempre que actúa en un meeting o un gran campeonato lleva el ‘sold out’ a taquilla. Es normal, porque es un atleta que hace realidad las utopías.

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