Dos tipos con estilo en La Catedral
Estilo. El “tú a mí me saludas” de Ancelotti a Rodrygo en Vila-real ha dado la vuelta a las televisiones estos días. Hasta en eso es un ‘gentleman’ el italiano cuando ese detallito de “eh, aquí estoy yo”, se compara por ejemplo con aquel episodio de Luis cogiendo de la pechera a Etoo en el banquillo de La Romareda. Cualquier estilo es lícito dentro de unas normas, y Luis era nada menos que El Sabio, pero la verdad es que Ancelotti lo hace casi todo bien. Ha pasado por clubes volcánicos y ha demostrado un poso y una corrección política de lo más admirable. Tal vez hizo el máster en sus tiempos de futbolista en el Milan, cuando observó el comportamiento de un personaje como Berlusconi. Ha pasado por el Chelsea de Abramovich, el PSG del universo Qatar o ese conciliábulo de exfutbolistas con poder que es el Bayern. Hasta en el Nápoles, con De Laurentiis, dio con un excéntrico. Seguramente por ese pulso que demostró siempre, Florentino Pérez decidió llamarlo por segunda vez para el Madrid. Se recuerdan muy pocos entrenadores que sepan mantener (sin romperla) la cuerda estirada con jugadores y dirigentes en clubes grandes, que no dejen invadir su espacio sin resultar beligerantes, y que, al tiempo, respeten lo que pasa en las otras dos plantas. Eso es malabarismo, pero también personalidad. No ha habido nadie como Ancelotti para eso en los últimos 20 años.
Respeto. Esta noche, Ancelotti se saludará en el área técnica de San Mamés con otro de esos caballeros de los banquillos que ha tenido que soportar fuertes marejadas en algún grande. Ernesto Valverde sostuvo durante un par de temporadas la caída del Barça. Ganó dos Ligas y una Copa pese a que nada más llegar tuvo que lidiar con el adiós de Neymar y un vestuario que empezaba a resultar una jaula de grillos. Aun así, y con un aparente perfil bajo, fue muy respetado porque tenía una fuerte personalidad (Messi nunca estuvo convencido de una destitución que demostró el desvarío del club en los últimos tiempos de Bartomeu). Vio y escuchó de todo pero mantuvo un silencio profesional aunque lo echaron líder. Esta temporada ha vuelto al Athletic y, como es normal en un tipo con valores, “sigue igual que cuando se fue”, dicen en Ibaigane. Ayer cambió de sitio la rueda de prensa (de Lezama a San Mamés) porque al club le interesaba para promocionar las camisetas históricas que lanzaba a la venta. Hasta posó como modelo de la primera rojiblanca. Que nadie se confunda. Ancelotti y Valverde se comportan, pero son ganadores feroces. Hoy hay partidazo en La Catedral.