¿Dónde está Bellingham?
Sin armadura que le moleste y con el hombro en perfecto estado de revista, no es ni la sombra del futbolista que asombró al personal en su primer año vestido de blanco.

La temporada que está perpetrando el británico no se la esperaba ni el más pesimista de los aficionados del Real Madrid. Sin armadura que le moleste y con el hombro en perfecto estado de revista, no es ni la sombra del futbolista que asombró al personal en su primer año vestido de blanco. Además de perder la sonrisa, ha perdido el gol, la llegada al área e incluso esa capacidad de trabajo que le hacía tener una conexión especial con el exigente público del Bernabéu.
Jude se ha convertido en un trotón intrascendente en el centro del campo que ni ayuda en la creación de juego, ni se asoma al área rival como un martillo pilón. Su lenguaje corporal es el de un futbolista que no está cómodo con su puesto en el césped y, por si fuera poco, no parece tener la mejor conexión con su nuevo entrenador. Xabi Alonso nunca le quita del campo, a pesar de que su rendimiento siga siendo tan deficiente como en el choque ante el Celta, pero Jude no responde con rendimiento a la confianza del cuerpo técnico. Es evidente que en un año en el que el Madrid no va sobrado de calidad en el lugar donde se cuecen los partidos o Bellingham espabila y se centra, o el entrenador tendrá que ser valiente y dejarle en el banquillo para buscar otras soluciones en beneficio de un equipo que se desangra por el centro.
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