Djokovic se queda solo

Novak Djokovic conquistó su 23º título de Grand Slam, el tercero en Roland Garros. El serbio desempata así con Rafa Nadal y se queda solo al frente de los grandes. Con Roger Federer ya jubilado, tras cerrar su carrera con 20, y con Nadal provisionalmente retirado, tras señalar 2024 como fecha de caducidad, Djokovic ya no encuentra oposición directa para seguir sumando. Aquí, en París, se anunciaba a Carlos Alcaraz como su secante, como el hombre que debía cambiar el ciclo, pero la presión derritió al español en su duelo de semifinales. Casper Ruud se erigía este domingo como el último obstáculo, y lo hizo bien, pero su mejoría respecto a la final del año pasado ante Rafa no fue suficiente para inquietar a un sólido y brillante Djokovic.

El triunfo de Nole reabre el eterno debate del GOAT, el más grande de todos los tiempos, una corona honorífica imposible de calibrar, por la que el serbio puja tanto en el tenis, como en la comparativa con el resto de deportes. Si nos atenemos a la raqueta, encontraremos opiniones para todos los gustos. Habrá quien prefiera la magia de Federer o la bravura de Nadal, o quien se agarre a clásicos como Bjorn Borg, que abandonó el tenis prematuramente, o Rod Laver, el único que ha ganado dos veces el Grand Slam en un mismo año. Sin embargo, la evidencia de los datos es rotunda a favor de Djokovic: el máximo ganador de Grand Slams, de Masters 1.000, el recordman de semanas como número uno... y tiene el cara a cara de su lado con sus retadores coetáneos, Federer y Nadal. A la espera de que Alcaraz inaugure una nueva era, o de que Nadal pueda ser competitivo el próximo año, Djokovic se alza como el indiscutible líder del tenis masculino. De hoy y de siempre. Aunque todavía le falta un escalón para coronarse como el monarca absoluto, sin género de dudas. Nole ha igualado a Serena Williams a 23 grandes y tiene a tiro de uno a Margaret Court. Es su última montaña.