Djokovic, Nadal y el extraño número uno

El US Open calienta en estos últimos días con entrenamientos, exhibiciones, sorteos, previas, ruedas de prensa… Y lo hace con esa extraña sensación, que ya habíamos experimentado en otros Grand Slams, de que no están todos los que son. Ocurrió en Australia, con aquella ruidosa expulsión de Novak Djokovic del país por no haberse vacunado contra el coronavirus. Ocurrió en Wimbledon, donde Daniil Medvedev fue vetado por su condición de ruso, con la guerra de Ucrania de fondo, y se suprimieron los puntos de los rankings. Y ahora vuelve a ocurrir en Nueva York, donde Djokovic se ha quedado fuera por seguir en idéntica situación. Si a estas tres ausencias excepcionales añadimos las lesiones que han limitado a Rafa Nadal y Alexander Zverev en diferentes fases, lo cierto es que nos topamos con una situación chocante, que ha tenido su inevitable reflejo en la clasificación mundial. Y no sólo en la ATP. En el circuito femenino, Ashleigh Barty decidió retirarse con 25 años cuando acababa de ganar en Melbourne y estaba asentada en el número uno. ¿Está la cosa rara o no?

Así las cosas, el último Grand Slam de la temporada arrancará el lunes con el escalafón masculino más enrevesado que nunca. Hasta cinco tenistas diferentes pueden salir de Estados Unidos con el número uno mundial, lo que incluye a Zverev, que ni siquiera está en el cuadro. Entre los implicados hay dos españoles, Rafa Nadal y Carlos Alcaraz, con opciones dispares. Rafa lo tiene más a mano: su distancia al trono de Medvedev es menor y sólo puede sumar puntos, porque el año pasado no jugó por lesión, mientras que el ruso defiende los 2.000 del campeón. Alcaraz, el quinto candidato tras Stefanos Tsitsipas, depende de más resultados ajenos. En todo caso, ambos prefieren aparcar las cuentas para centrarse en recuperar las buenas sensaciones en el torneo. Sólo así podrá llegar lo demás.