Djokovic, Los Ángeles y el Big-Two
El serbio quiere aguantar hasta 2028, pero Sinner ya le domina y Alcaraz podría darle un golpe casi definitivo en Nueva York.
Novak Djokovic tiene la vista puesta en Los Ángeles 2028, como ha confesado. Quiere llegar y optar a otro oro, lo que intentaría con 41 años. Se antoja demasiado tiempo mientras avanza en los torneos entre contradicciones. Quejándose de que su físico cada vez le pasa facturas más caras, de que le gustaría disfrutar de más tiempo con sus hijos, de que sólo le motivan los Grand Slams… Pero el zorro serbio, la leyenda que acumula 24 grandes, sigue dando guerra. Aunque en 2024 acabara sin ningún major, la fuente en la que sació su sed fue el colosal partido frente a Carlos Alcaraz en París que le hizo subir a lo más alto del podio olímpico, lo único que le faltaba. Esta campaña ha llegado a semifinales en Australia, Roland Garros, Wimbledon y ahora el US Open. En la batalla entre Jannik Sinner y Carlitos, él sigue estando ahí.
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Sin embargo, el partido en la Arthur Ashe de este viernes puede dejarle marcado, para bien o para mal. Sinner ya le domina en el cara a cara por 6-4 y los últimos cinco choques los resolvió a favor el italiano. En el caso de Alcaraz, el serbio presenta un 5-3 favorable y prevaleció este año en los cuartos del Abierto de Australia y en la final olímpica el anterior. Una victoria, y más si es clara, del español seguro que le haría reflexionar. Podría significar el portazo definitivo del Big-Two al último representante del Big-Three. ¿Otro curso sin Grand Slams y tres años por delante hasta Los Ángeles? El camino se antoja excesivamente largo.
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