Dembélé puso en pie al Camp Nou

Dembélé: he aquí un jugador irregular donde los haya. Mi mejor amigo culé vive en un sobresalto cuando juega, agradece que no salga y lo mismo les pasa a muchos. Vila-Matas concedió ayer una entrevista en Sport en la que dice que si hiciera una película cómica sobre él la llamaría ‘Deambulé’. Su partido ante el Inter, absorbiendo todos los balones para perderlos uno por uno en breve plazo, fue para tirarse por la ventana. Ayer empezó perdiendo los dos primeros, pero de ahí en adelante encadenó aciertos: un tiro cruzado que provocó la gran parada del partido, un gol propio, de cabeza, y asistencias a Sergi Roberto, Lewandowski, y Ferran Torres.

Se fue ovacionado, con el Camp Nou en pie. No creo que haya habido en la historia del Barça un jugador que haya abusado más de la paciencia del público y del propio club como tal, pero tiene algo que hace que se le haya seguido esperando y hasta que se le renovara a contrato concluido. Tiene lo que no se encuentra, la capacidad de desequilibrio, algo contra lo que no hay antídoto… cuando está inspirado. Cuando no lo está es una vía muerta en la que se pierde mucho juego, pero anoche no fue uno de esos días. Jugó mejor que nunca, varió su hábito de pase permanente por un juego con visión del pase rápido. Más colectivo, más maduro.

Fue la mejor noticia para el Barça en una noche en la que Xavi varió la fórmula al suprimir uno de los extremos para dar entrada a De Jong en la media junto a los habituales de la línea. Pedri se recostó por la izquierda, por donde apareció mucho Balde haciendo las funciones del extremo que no había. Al final hubo tiempo para ver a Ansu Fati, que sigue más en el remate que en la carrera, y a Ferran Torres como delantero centro, donde dejó la sensación de poder ser útil para dar descansos a Lewandowski. El partido dejó el susto de un golpe fuerte a Gavi, pero felizmente parece que no es nada. Y ahora a esperar al Bayern…