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Dembélé provoca un quebranto a Xavi

Esta madrugada el Barça juega en el Allegiant Stadium de Las Vegas el último de su serie de amistosos en Estados Unidos, recortada por delante por la intoxicación alimentaria masiva que alcanzó a casi todo el grupo. La gran curiosidad del Barça con vistas a esta gira era cómo encajaría Gündogan, el refuerzo gordo, y la pena es que se vuelve sin casi nada. Pero lo malo malo no ha sido eso, que al menos compensa en parte la sorpresa del burbujeante Fermín, que nos ha encandilado a todos, sino el disgusto sobrevenido a última hora con la marcha de Dembélé al PSG.

El PSG envió antes del 31 de julio una notificación que le permitía, a través de lo que Mateu Alemany llama “contrato de transferencia obligatoria”, fichar al jugador por 50 millones de euros, de los cuales el jugador se llevaría el 50%. El Barça entiende que eso no está del todo claro. Al final, se podría llegar a una fórmula alambicada y mixta, pero el caso también podría acabar en “discusión jurídica” según palabras del propio Alemany. El caso es que se va, para quebranto de Xavi, que le tiene mucha fe porque es de los muy pocos futbolistas capaces de frotar la chistera. Lo que él tiene no se encuentra.

El problema del Barça es que para conseguir ‘fair play’ financiero tiene que vender y sólo le compran lo que no querría vender. Claro, que no todo el mundo va a lamentar su salida. Muchos socios están hartos de ese delantero que estaba entrando en su séptima temporada en el Barça y ha marcado menos goles que Bojan Krkic y Alexis Sánchez, dejando aparte la monstruosidad que costó, sus faltas a entrenamientos y sus descuidos en la alimentación. Todo eso está ahí, pero Abde tendrá que crecerse mucho (puede, es un buen jugador) y Raphinha dejar de estar buscando motivos para sentirse perseguido para que olvidemos del todo el lado bueno de Dembélé, que también lo había. Yo creo que el ataque del Barça pierde.