Defender es de sabios
Una buena defensa no va a impedir que Mbappé marque goles sino que no deberá hacerlo en el último suspiro para salvar al equipo.


Leí el pasado jueves en este mismo periódico un artículo muy interesante sobre la defensa del Madrid. Hablaba, entre múltiples datos y análisis, de las excelentes estadísticas en esta materia desde principio de temporada, del acierto de los fichajes, y decía, en forma de guiño, que Thibaut Courtois ya no estaba sólo ante el peligro a la hora de evitar goles.
Noticias relacionadas
Incluso fue la portada de mi periódico preferido. No he ido a pasear por la hemeroteca, pero no creo que tal decisión editorial haya sido muy frecuente en los últimos años. No por un error periodístico sino porque, simplemente, el Madrid no solía ofrecer muchas ocasiones de poder destacar su genio defensivo. Y, sobre todo, una regularidad demostrada en este aspecto tan importante del fútbol moderno. Escribo “moderno” porque es evidente que, en el siglo XX, los equipos que ganan títulos cuidan especialmente su defensa.
Quizá sea la revolución cultural más importante desde el Madrid de Mourinho, incluso diría del de Capello. El gran cambio con Xabi es que el arte defensivo no parece ser un objetivo en sí sino un contribuyente a la búsqueda de la excelencia y del espectáculo ofensivo. Resumiendo: una buena defensa no va a impedir que Mbappé marque goles sino que no deberá hacerlo en el último suspiro para salvar al equipo tras encajar demasiado.





Rellene su nombre y apellidos para comentar