De playa en Ibiza
El Real Zaragoza fue de playa a Ibiza y se trae una derrota frente a un rival descendido que empaña su ejecutoria de este tercio final del campeonato, en el que ha solucionado otra temporada para aprender y olvidar a la vez. No resulta fácil motivar a un equipo cuando no tiene objetivos, pero entre eso y salir al campo sin mirar la portería contraria, media un abismo. El Zaragoza encajó un gol por la blandura de Lluís López, que anda en tratos para renovar su contrato, y sólo cuando se vio perdido se animó a dar un paso adelante y a lanzar alguna amenaza al Ibiza. Pero el tiempo se le acabó echando encima y el marcador le dejó retratado. Lejos de acercarse a la octava plaza, donde había un importante premio económico, el equipo va a terminar el curso en una discretísima posición. Quizá la que le corresponde.
Lo mejor es que queda sólo una jornada para que dé comienzo una revolución en la plantilla que es absolutamente inaplazable. El Real Zaragoza necesita una limpia de arriba abajo, sin ningún concesiones individuales ni segundas oportunidades.